Vicente Jiménez: "El proceso sinodal no es una ocurrencia del Papa y no tiene marcha atrás"

"Los laicos, en general, valoran positivamente todo el proceso sinodal, porque el Sínodo ha reconocido su dignidad, vocación y misión en la Iglesia, especialmente de las mujeres"

"Es verdad que algunas voces y grupos han expresado sus críticas, malestar y cierta decepción porque se hayan eliminado de la reflexión algunas cuestiones concretas en esta segunda sesión. Yo opino que esas cuestiones ya se debatieron con gran respeto y mucha libertad durante el proceso sinodal y en la primera sesión de la Asamblea Sinodal"

"La mayoría de los padres y madres sinodales pedían que se continúe con la investigación teológica y pastoral sobre el acceso de las mujeres al diaconado. La finalidad de este Sínodo no es un parlamento en el que se discute para ver quién tiene razón, sino

"El Santo Padre no ha excluido a nadie que figuraba en la lista de la primera sesión. Creo que las sustituciones, que son pocas, no tendrán repercusiones significativas en el desarrollo de los trabajos de la Asamblea Sinodal crear unidad y armonía en la diversidad, y reavivar el espíritu misionero de la Iglesia"

Vicente Jiménez Zamora Iglesia en Aragón

"Vengo con renovada esperanza y dispuesto a abrirme a la acción del Espíritu Santo y a trabajar con espíritu constructivo y positivo". Vicente Jiménez Zamora, arzobispo emérito de Zaragoza, regresa al Vaticano para participar por segunda vez como padre sinodal, responsabilidad para la que le eligieron ya en su momento sus hermanos obispos de la Conferencia Episcopal Española (CEE).

El también administrador apostólico de Huesca y Jaca no es un recién llegado a este proceso sinodal, y no sólo porque haya coordinado con ejemplar entrega al equipo que preparó desde la CEE este histórico evento eclesial puesto en marcha por Francisco en 2021. Para él, "la sinodalidad pertenece a la naturaleza de la Iglesia" y vive este momento como "una nueva primavera de la Iglesia renovada por el Espíritu".

Aunque también sabe que, cuando el año que viene el Papa haga pública su exhortación postsinodal, ésta no contentará a todos. "La finalidad de este Sínodo no es un parlamento en el que se discute para ver quién tiene razón, sino crear unidad y armonía en la diversidad", señala en entrevista con Religión Digital.

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Estamos ya en la segunda fase del Sínodo sobre la sinodalidad, en la que usted vuelve a participar como padre sinodal por parte CEE. ¿Se afrontan igual las segundas partes que las primeras? ¿Con qué espíritu ha regresado usted al Vaticano?

Considero que esta segunda sesión de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo es continuidad en profundidad de la primera sesión, celebrada en octubre del año pasado, y de todo el proceso sinodal iniciado por el papa Francisco en octubre de 2021. Este Sínodo no es un acontecimiento puntual, sino que es un proceso desarrollado por etapas (diocesana, continental, Iglesia universal, con dos sesiones) en circularidad dinámica.

Se va avanzando en la comprensión y vivencia de la sinodalidad con ritmos distintos, según los diversos continentes e Iglesia locales, pero dentro de un horizonte de progreso en el desarrollo de los tres ejes vertebradores del Sínodo: crecer en comunión, mediante la participación de todos, para la misión que se le ha confiado a la Iglesia.

Vengo a Roma con mis hermanos obispos de la CEE y otros padres y madres sinodales de España con renovada esperanza y dispuesto a abrirme a la acción del Espíritu Santo y a trabajar con espíritu constructivo y positivo. Deseo y espero experimentar el misterio de la Iglesia una, santa, católica y apostólica, junto a Sucesor de Pedro, el papa Francisco, que nos confirma en la fe.

Vicente Jiménez con el papa Francisco Vatican Media

La inmensa mayoría repite participación en esta Asamblea Sinodal, pero algunos -pocos-, han decidido no participar, y no por cuestiones de salud. ¿Tiene efectos secundarios la sinodalidad?

Según los datos facilitados por la Secretaría General del Sínodo repite la mayoría de los miembros de la primera sesión. Hay 26 cambios de personas por motivos de salud o circunstancia personales, que desconozco. El Santo Padre no ha excluido a nadie que figuraba en la lista de la primera sesión. Creo que las sustituciones, que son pocas, no tendrán repercusiones significativas en el desarrollo de los trabajos de la Asamblea Sinodal.

La mayoría de los padres y madres sinodales pedían que se continúe con la investigación teológica y pastoral sobre el acceso de las mujeres al diaconado. La finalidad de este Sínodo no es un parlamento en el que se discute para ver quién tiene razón, sino crear unidad y armonía en la diversidad

Los hay que dicen que en esta segunda fase se han retirado algunas cuestiones del Instrumentum Laboris (IL), como el tema de la ordenación y diaconado femenino, para no hacer descarrilar todo el proceso. ¿Qué opina? ¿Tanta reacción ha habido en las mesas de diálogo en la primera sesión para ‘afeitar´el documento de trabajo?

Es verdad que algunas voces y grupos han expresado sus críticas, malestar y cierta decepción porque se hayan eliminado de la reflexión algunas cuestiones concretas en esta segunda sesión. Yo opino que esas cuestiones ya se debatieron con gran respeto y mucha libertad durante el proceso sinodal y en la primera sesión de la Asamblea Sinodal, tanto en los grupos de estudio como en las congregaciones generales, pero no había convergencia y consenso.

La mayoría de los padres y madres sinodales pedían que se continúe con la investigación teológica y pastoral sobre el acceso de las mujeres al diaconado. La finalidad de este Sínodo no es un parlamento en el que se discute para ver quién tiene razón, sino crear unidad y armonía en la diversidad, y reavivar el espíritu misionero de la Iglesia.

El papa Francisco ha considerado oportuno que esa cuestión y otros temas  sean estudiados más a fondo por grupos de expertos, que informarán a la Asamblea de estado de los trabajos y someterán los resultados de su estudio al papa Francisco. No me extraña que algunas personas y grupos se sientan decepcionados al no ver satisfechas sus expectativas sobre algunos temas.

Vicente Jiménez interviene en la asamblea sinodal

¿Tiene marcha atrás este proceso sinodal iniciado por el papa Francisco?

Considero sinceramente que el proceso sinodal no tiene marcha atrás, porque la sinodalidad, de la que trata este Sínodo, no es una moda o una ocurrencia del papa Francisco. La sinodalidad pertenece a la naturaleza de la Iglesia, que es constitutivamente sinodal. Sínodo es el nombre de la Iglesia, afirmaba ya san Juan Crisóstomo en el siglo IV. La sinodalidad es un desarrollo homogéneo del Concilio Vaticano II. La constitución dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium ofrece los principios esenciales para una comprensión de la sinodalidad en la perspectiva de la eclesiología de la comunión, que fundamenta y posibilita la sinodalidad.

Por otra parte, el papa Francisco desarrolla la “sinodalidad misionera”, porque su eclesiología se nutre, además del Concilio Vaticano II, de la experiencia sinodal de Latinoamérica, en su itinerario de Medellín (1968) hasta Aparecida (2007). La apuesta por una Iglesia sinodal en misión es el presupuesto indispensable para un nuevo impulso misionero que involucre a todo el Pueblo de Dios.

Entre los laicos se ha valorado mucho esta iniciativa, que pretendía también dar pasos adelante hacia la corresponsabilidad. ¿Teme que puedan quedar decepcionados?

Creo que los laicos, en general, valoran positivamente todo el proceso sinodal, porque el Sínodo ha reconocido su dignidad, vocación y misión en la Iglesia, especialmente de las mujeres, dentro de una corresponsabilidad diferenciada. En el itinerario sinodal y en el Aula Sinodal los laicos han hablado con libertad y han sido escuchadas sus voces. Una de las mayores convergencias ha sido la mayor inclusión del laicado, sobre todo de las mujeres.

Me gustaría que los trabajos de la segunda sesión de la Asamblea sinodal fueran una continuidad en profundidad de la fase anterior, y complementen el discernimiento ya iniciado en la primera sesión, sobre la base del largo proceso de consulta y escucha

¿Cómo le gustaría que se desarrollase esta segunda fase del Sínodo?

Me gustaría que los trabajos de la segunda sesión de la Asamblea sinodal fueran una continuidad en profundidad de la fase anterior, y complementen el discernimiento ya iniciado en la primera sesión, sobre la base del largo proceso de consulta y escucha, y ofrecer el resultado de este discernimiento al Santo Padre en el Documento Final previsto en la Constitución Apostólica Episcopalis communio.

El Instrumentum Laboris será el documento de referencia principal para esta segunda sesión. Me gustaría que los participantes identifiquemos bien lo que parece que está ya acogido y confirmado a lo largo del proceso sinodal y profundizar, enmendar y corregir lo que sea necesario. Corresponderá a la Asamblea Sinodal indicar los pasos que hay que dar para crecer como Iglesia sinodal en misión. Estos pasos tendrán que confrontarse necesariamente con la concreción y variedad de los contextos locales y culturales, y con la riqueza de las experiencias sinodales ya en curso, de cuyas voces es portadora la Asamblea Sinodal. El método de la conversación en el Espíritu ya probado y experimentado en la primera sesión nos ayudará a discernir lo que el Espíritu dice hoy a las Iglesias.

Vicente Jiménez, con los miembros del círculo menor en la prima fase del sínodo

¿Qué le gustaría que, al final, quedara de esta experiencia en la que ha estado trabajando la Iglesia universal desde el año 2021?

Me gustaría que el fruto de todo el proceso sinodal fuera la comprensión y aplicación en toda la Iglesia del espíritu sinodal, desde el nivel local al universal. También me gustaría que quedaran afirmadas las convergencias que han ido emergiendo a lo largo del proceso sinodal, como son los siguientes: la iniciación cristiana y la centralidad de la Eucaristía; la comprensión de la Iglesia como Pueblo de Dios; una comunión para la misión con la participación de todos; una mayor inclusión de los laicos, especialmente de las mujeres; los pobres en el centro de la Iglesia; una Iglesia abierta y acogedora a todos; transparencia y rendición de cuentas  en la Iglesia por parte de quienes tiene autoridad en la Iglesia; una cultura de la formación en todo el Pueblo de Dios; la reforma de la Curia romana y del ejercicio del Primado del Papa.

"Personalmente estoy viviendo el Sínodo como una fuerte experiencia de la comunión de la Iglesia en la armonía de la variedad; como un tiempo y un espacio habitados por el Espíritu Santo en un clima de oración"

¿Cómo calificaría este proceso eclesial?

Lo calificaría como una nueva primavera de la Iglesia renovada por el Espíritu, que es el protagonista principal de la Iglesia, ya que como dice el papa Francisco, sin el Espíritu Santo no hay Sínodo. El Espíritu rejuvenece y renueva la Iglesia. Yo personalmente estoy viviendo el Sínodo como una fuerte experiencia de la comunión de la Iglesia en la armonía de la variedad; como un tiempo y un espacio habitados por el Espíritu Santo en un clima de oración. La celebración de la Eucaristía, fuente y culmen de la vida cristiana con la Palabra de Dios en el centro, ha sido un momento fuerte de la vivencia de la sinodalidad.

La última palabra la escribirá el papa Francisco en su exhortación. ¿Qué le gustaría ver en ella reflejado?

Sin duda que el papa Francisco que ha convocado el Sínodo sobre la sinodalidad, lo ha orientado con la exhortación apostólica Episcopalis communio y lo está dirigiendo con su participación directa, acogerá el Documento Final de la Asamblea para decidir cómo aplicar el Sínodo en toda la Iglesia.

Deseo y espero que el Documento postsinodal que publique el Santo Padre, después de escuchar al santo Pueblo de Dios, esté enraizado en la Tradición viva de la Iglesia, siguiendo al inspiración del Concilio Vaticano II, para poner en práctica su doctrina sobre la Iglesia como misterio de comunión para la misión, y Pueblo de Dios en diálogo con el mundo de hoy.

Etiquetas: Vicente Jiménez Zamora, sinodo de la sinodalidad