Los que se marchan de la iglesia lo hacen para no volver. Pueblo de Dios, ¿a dónde vas?
Una reflexión sobre las causas de la deserción en la iglesia de hoy y algunas propuestas para atajarla.
En los últimos tiempos, estamos asistiendo a una sangría en la iglesia muy preocupante y dolorosa. Las vocaciones a la vida consagrada y sacerdotal son muy escasas y aunque todos los sabemos, muy pocos se preguntan cuáles pueden ser las causas de esta situación tan dramática. Decía estos días Religión Digital, en un artículo firmado por el periodista Jesús Bastante, que “España pierde en apenas dos décadas un tercio de sus seminaristas. La peor crisis desde que se tienen datos."
Los abandonos son cada día más numerosos y lo hacen para no volver.
Como mucho, buscamos causas externas pero muy pocos piensan que las auténticas causas de esta “deserción” están dentro de la propia iglesia, en nosotros los creyentes y, sobre todo, en los pastores. Sin una auténtica evaluación, aunque sea dolorosa, no habrá manera de atajar un poco esta dinámica de abandono y descrédito que la iglesia sufre en estos momentos.
He querido con este trabajo poner sobre la mesa la situación que nos ha tocado vivir y proponer, con mucha humildad, algunas posibles soluciones. Tengo una larga historia en el trabajo de formación, carismático y pastoral para poder hablar desde la experiencia y no solo desde la teoría de un despacho. Lo hago, aunque no todos lo verán así, desde un profundo amor a la iglesia donde vivo y he trabajado hasta que una enfermedad me lo ha impedido y donde me consagré como religioso y sacerdote mercedario hace más de treinta y tres años.
Ojalá este trabajo, hecho en gran parte, con Mercedes, una amiga y catedrática de Química de la Universidad Complutense de Madrid, sirva para cuestionarnos, preguntarnos, evaluarnos y, sobre todo, para evitar justificarnos, una y otra vez, con razones que ya a nadie convencen, ante la situación que vivimos. Al menos que sea una pequeña aportación y ya es suficiente. Hemos querido dar la palabra a los jóvenes porque si la iglesia tiene un futuro esperanzador, depende en gran parte de ellos. Los problemas que abordamos son los que ellos mismos nos han propuesto.
El libro se llama: “Pueblo mío, ¿a dónde vas?” Y lo ha publicado la editorial independiente “Nueva Economía Social” Madrid 2021. 143 pgs.