Yo con mi cuerpo hago lo que quiero ¿Me lo explican, por favor?

"Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo"

Uno de los argumentos más recurrentes de las feministas y de los partidarios del aborto es éste “Yo con mi cuerpo hago lo que quiero” Y parece que es una opinión irrefutable. ¡Falso!

 De aquí se deducen varias conclusiones:

  • 1) Que el cuerpo es propiedad de quien lo porta, como si lo hubiéramos adquirido en un supermercado con el propio esfuerzo o lo hubiéramos pedido por Amazon, después de pagarlo religiosamente. ¡Falso!

Desde esta postura no se explica que las mismas feministas estén en contra de la prostitución. Vamos a ser coherentes: ¿Podemos o no podemos hacer con nuestro cuerpo lo que nos apetezca? Tenemos que aclararnos.  Si podemos hacer lo que queramos con nuestro cuerpo está legitimada la prostitución, que es un indigno negocio con el cuerpo de los más débiles.

  • 2) Que el cuerpo es algo con poco valor porque puedo hacer con él lo que me apetece. Como lo hago con un papel inservible o una lata de refresco vacía.

 ¡Falso! Dirá san Pablo, que nuestro cuerpo es, nada más y nada menos, que “templo” del Espíritu santo. Yo entiendo que lo que diga san Pablo no les importe mucho a algunos, pero desde una postura  puramente humana y racional todos entendemos y vemos que un cuerpo es una maravilla, una obra de arte única, la sede de nuestros pensamientos y nuestras mejores acciones y creaciones y cuando algo nos duele o enfermamos  lo sentimos muchísimo. Y no es para menos. ¡Qué maravilla es el cuerpo humano para ser lo que somos y lograr lo que pretendemos¡ Sin duda había que declararlo en la ONU y en la UNESCO, obra de arte protegida. Más o menos, eso es lo que hace san Pablo cuando lo declara “templo”. Un templo que hay que proteger porque es más valioso que una catedral. ¿O no? ¡Me lo expliquen por favor!

  • 3) Que hemos perdido la objetividad para analizar la realidad y un cuerpo, nacido o en proyecto, no nos parece digno de atención. Aunque sí lo sea un esqueleto hallado en una excavación y lo tratemos con mimo y respeto porque es un tesoro. Si está vivo ya no tiene tanto  interés.  La ideología nos tiene tan cegados que ya no distinguimos un ser vivo de un esqueleto. ¡Me lo expliquen por favor!
  • 4) En el fondo, todo esto quiere decir que vamos conduciendo sin frenos y hacia el abismo. Estamos perdiendo los valores que han hecho posible la grandeza de nuestra civilización. Ésta misma que estamos defendiendo contra Rusia en su ataque a Ucrania y estamos invirtiendo cantidades astronómicas de dinero para salvaguardar lo que significa la cultura occidental que está en peligro. Pero no estamos invirtiendo ni un solo céntimo en proteger al ser humano que tenemos tan cerca de nosotros, en el vientre de nuestras mujeres y que son la garantía de nuestro estado de bienestar. Porque sin natalidad no hay futuro. Y preferimos, en virtud de un falso progreso, invertir en destruir la natalidad dando facilidades para los abortos que invertir de la misma manera en promocionar la natalidad y proteger a las madres gestantes. ¿Me lo explican, por favor?

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