Caminando en esperanza

Caminando en esperanza
Caminando en esperanza

Un año más, el día 2 celebramos la XXVII jornada mundial de la vida consagrada.

Creo que os habéis dado cuenta que cuando hay algún tema de actualidad, o noticia, no suelo escribir nada sobre ello, porque hay muchos bloguer@s que escriben muchísimo mejor que yo, pero esta semana y la que viene, son las únicas del año que hago una excepción porque ambos acontecimientos los vivo muy de cerca: Día de la vida consagrada y la jornada mundial contra la trata, el próximo día 8.

Corría el año 2005 cuando Alejandro Fernández Barrajón fue elegido presidente de Confer en España. Él fue quien me enseñó a descubrir la vida Religiosa de una manera muy especial. Aprendí muchísimo de él, y sigo haciéndolo, pero esos años fueron muy importantes para mí.

Creo que la Iglesia, sin la Vida religiosa está “coja”, se necesitan mutuamente, pero casi me inclino más, si digo que es la Iglesia, la que necesita más a la vida religiosa…

Ésta siempre ha sabido encarnarse en la PALABRA llegando a donde otros no lo hacían, quizá porque no podían. Siempre ha sabido y sabe estar atenta y despierta a la realidad, allí donde nadie había llegado, estaban ell@s. Saben estar en esa Galilea, a veces, muchas, a la intemperie, como Jesús, sabiendo compartir mesa…

Siempre me he sentido muy cercana. Estudié con las Hijas de la Caridad y aprendí a beber de esa agua viva al lado de las Oblatas del Santísimo Redentor.

La vida religiosa anuncia cada día que es aquí donde Dios se ha encarnado, al borde del camino, siendo un signo del Reino que nos va guiando por donde va caminando Jesús.

Recuerdo una frase de S. Ignacio de Loyola que intento no olvidar cada día de mi vida: el amor se debe de poner más en la obras que en las palabras”

Acabo mi compartir hoy, agradeciendo a los/ las religios@s ese “si” sin condicionamientos. Siempre caminando en esperanza…

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