Decía Mahatma Gandhi que la vida es como un espejo: si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. Es decir: que la actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará frente a mí.
Todos conocemos a personas que parecen vivir amargadas y que ve caras amargadas por todos los sitios, pero no es porque las haya, sino porque su actitud frente a la vida es así.
Qué sabio era Gandhi ya por aquel entonces cuando nos hablaba de ese espejo que nos devuelve lo que somos y que en demasiadas ocasiones nos da miedo ponernos frente a el por lo que nos podamos encontrar.
El problema que puedas tener va a seguir estando ahí, pero la carga será más o menos pesada dependiendo de cómo te posiciones ante ello.
Tenemos que aprender a saber enfrentarnos con el “espejo” acogiendo lo negativo para transformarlo en positivo y a la vez, saber compartir lo positivo con los demás, de lo contrario seremos unos infelices el resto de nuestra vida sin aprender a vivir, sentir, palpar, oler la vida…
Seguro que todos hemos pensado en alguien a quien conocemos. Pero tampoco olvidemos que la vida es lo que cada uno queremos que sea…