Apenas estuvo 33 días en el solio pontificio. Toda una vida para algunos. Su muerte, aún sin esclarecer, arroja infinidad de teorías. Lo único cierto es que la Iglesia podría haber sido otra si Juan Pablo I, Albino Luciani, no hubiera muerto apenas un mes después de suceder a Pablo VI. Ahora, según afirma La Tribuna de Treviso, Francisco podría beatificarlo en 2020.
¿La razón? Un milagro atribuido a la intercesión del Papa de la sonrisa, que de confirmarse valdría su beatificación por parte del Papa argentino. Curiosamente, el posible milagro viene del otro lado del mundo, concretamente del Buenos Aires de Bergoglio.
La figura de Juan Pablo I cobra relevancia en estos días, después de que se abriera al público del lugar de nacimiento de Albino Luciani, ayer en Canale d’Agordo. El vicepostulador de la causa, Bellarmino Stella, no supo poner una fecha concreta para la beatificación, pero el rotativo habla de 2020, y conjetura que el anuncio podría darse en los próximos meses.
De llevarse a cabo, todos los Papas del Concilio y posteriores (Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II) estarían en los altares. Con la excepción, claro está, de los dos pontífices vivos: el emérito (Benedicto XVI) y el actual, Francisco.