Profesor de negocios, participa en la I Escuela Internacional de Verano de la Economía de Francisco Juan Manuel Gil: "Si queremos que la economía sea inclusiva e integral, hay que poner en el centro a la persona"
En el marco de la I Escuela Internacional de Verano, organizada por la Economía de Francisco del 29 de agosto al 4 de septiembre, en Gubbio, Italia, el profesor colombiano Juan Manuel Gil, participante en el evento, habla sobre la investigación que esta desarrollando basada en la correlación entre “identidad personal, liderazgo transformacional y la lógica de la efectuación para conseguir el bien común”
“Esta iniciativa lanzada por el Papa Francisco me pareció una excelente oportunidad para vincular mi tema de investigación formal y doctoral a temas de la Doctrina Social de la Iglesia, en esta experiencia vi que hay mucha gente que piensa de modo similar a lo que yo pensaba, como un llamado a todos a buscar el bien común”, explica el investigador
| Renato Martinez
Vatican News - “Si queremos que la economía sea inclusiva e integral, tenemos que cambiar de enfoque, no solo pensar desde un enfoque financiero centrado en el beneficio económico, sino desde un enfoque que ponga al centro a la persona, donde la empresa sea expresión de la identidad personal del emprendedor y se busque el bien común a través de empresas sostenibles”, lo dijo Juan Manuel Gil Barragán, Profesor Asociado de Negocios Internacionales de la Universidad EAN (Escuela de Administración de Negocios) Colombia, Research Fellow de la Academia de la Economía de Francisco y participante en la I Escuela Internacional de Verano, organizado por la Economía de Francisco, del 29 de agosto al 4 de septiembre, en Gubbio, Italia.
El Profesor Juan Manuel Gil después de haber realizado su doctorado en la Universidad Politécnica de Valencia, España, sobre la aplicación de la “teoría de efectuación”, que se centra en la motivación por la cual un emprendedor crea una empresa y se basa en tres conceptos principales – el primero, es que uno crea una empresa partiendo de quién soy yo, es decir, desde la dignidad, desde la identidad de la persona; segundo, es quién conozco, que tiene que ver con la comunidad y la fraternidad; y tercero, que es de lo que yo se – vio que tenia relación con dos principios de la Doctrina Social de la Iglesia, es decir, el “quien soy” con la dignidad y la identidad de la persona y el “quién conozco” con la comunidad y fraternidad. Conocimientos que se ampliaron después de haber leído la Encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco.
El salto hacia la economía de Francisco
Asimismo, el investigador colombiano explica como llegó a formar parte de esta iniciativa que ha lanzado el Santo Padre, desde sus primeros contactos en noviembre de 2019, con la convocatoria al I Evento de la Economía de Francisco que se desarrollaría entre el 26 y 28 de marzo de 2020, evento que no se realizó de modo presencial a causa de las medidas restrictivas del Covid-19, y solo fue realizado de modo virtual. “Esta iniciativa que estaba lanzando el Papa Francisco – explica Juan Manuel Gil – me pareció una excelente oportunidad para vincular mi tema de investigación formal y doctoral a temas de la Doctrina Social de la Iglesia, en esta experiencia vi que hay mucha gente que piensa de modo similar a lo que yo pensaba, como un llamado a todos a buscar el bien común”.
“Mi proyecto de investigación", explica el investigador, "consiste en tratar de desarrollar esta teoría de efectuación, cómo sirve de base para entender como los emprendimientos se desarrollan y, además, como pueden llegar a perseguir el bien común, que son los dos principios o los objetivos que se busca con la Economía de Francisco. Más puntualmente estoy trabajando en dos cosas. La primera, digamos que ya están los resultados, van a salir publicados probablemente en octubre, en una edición especial que está sacando la revista Journal of Management Spirituality and Religion, en un especial que están sacando sobre la Economía Francisco. Ahí mi pregunta era: si un emprendedor que tiene capital espiritual, es decir, si en las prioridades del emprendedor, su compromiso y su forma de ver y entender, de relacionarse con el mundo, se rigen por su fe, eso se llama capital espiritual, así el emprendedor vive una vida coherente con su fe y además, si su forma de liderar también se basa en tratar de alentar, de inspirar, de motivar, a que el equipo de trabajo del emprendedor trabaje bajo esa misma identidad, y como puedo transmitir esa identidad del bien común con mi equipo de trabajo. Entonces, lo que encontré con esa primera investigación es que la hipótesis se comprobó y al final es que si un emprendedor que tiene capital espiritual, que tiene liderazgo transformacional, que usa la lógica de efectuación, si genera empresas más sostenibles que aquellos emprendedores que no tienen estas características y eso pues pensando desde un enfoque muy grande a entender la identidad del quién soy, quién es el emprendedor”.
Identidad social y empresas sostenibles
Una segunda etapa que está desarrollando ahora Juan Manuel Gil es cómo ampliar la investigación con una mirada desde el punto de vista de la identidad social. "Digamos que esto en la literatura ya esta desarrollada, al final nos dicen que hay tres tipos de identidades: la darwiniana, en la cual el emprendedor por sus características propias solo piensa en la plata, crean empresa, porque quiero generar rendimientos económicos para mí; otra es aquella de la identidad comunitaria, y es yo género empresa porque mi principal interés es generar una solución o un producto nuevo que sirva a la demanda de la comunidad, para ayudar a aquellos con los que yo me entiendo mejor; y la identidad misionera que lo que quiere realmente de fondo es cambiar el mundo, entonces enfoca más eso en problemas que van más allá de su pequeña comunidad, de sus fines, sino que realmente quieren genera un impacto. Entonces, lo que ahora estoy investigando es si un emprendedor que tiene identidad darwiniana o comunitaria o misionera junto con liderazgo transformacional y la efectuación, cuál de estas combinaciones hace que las empresas sean más o menos sostenibles. Por ahora solo tengo resultados preliminares, todavía no podría decir cuales son los resultados finales", detalla.
El desafío de hacer empresa sólo por el beneficio económico
Según Gil, el principal desafío para lograr una economía inclusiva e integral es que a menudo hay un énfasis muy grande cuando se crea la empresa. "Se piensa únicamente en el retorno económico, es decir, en general se busca crear empresa para que yo tenga mejores ingresos y muchas veces se para ahí. Pero hay otras áreas que son importantísimas también para la creación de empresa, por ejemplo, entender como esa empresa no solo me genera recursos a mí sino que debería ser también la expresión de mi identidad personal como emprendedor, que también esa empresa se convierte en el legado que yo le voy a dejar al mundo, que va muchísimo más allá de lo financiero. Esto supondría un reto para la política pública que en los diferentes países especialmente dentro de nuestro continente se están desarrollando porque yo sigo viendo que hay un énfasis muy grande en ayudar, pero sólo desde el enfoque financiero. Esto es un reto para los que estamos en la Academia, para nosotros, desde la educación, desde la formación, para que mostremos que hay otras alternativas que también generan impactos positivos y generan cosas muy buenas tanto para la sociedad, para cambiar el mundo y especialmente para el emprendedor, que es quien lo estaría haciendo”, apunta.
La persona, siempre en el centro
Preguntado acerca de qué se puede hacer para poner a la persona en el centro de la economía, Gil responde así: “Al final desde mi experiencia, desde lo que yo he visto en la investigación, veo que hay una gran diferencia entre los emprendedores que sólo piensan que su enfoque principal es generar recursos para la empresa y los emprendedores que dicen yo quiero montar empresa y mi empresa está también fundamentada en poner en el centro a los demás, en poner en el centro a la persona y la gran diferencia que yo veo es que estos segundos, cuyo propósito de verdad se centra en la persona, en la sociedad, son personas plenas, que yo las veo felices y veo que su vida tiene un sentido. Entonces, van más allá de esta labor empresarial y de verdad logran transformar sus propias vidas, las de sus empleados, las de sus proveedores, etc., yo esto lo he visto”.
Por ello, les diría a los jóvenes que, si ellos quieren vivir su vida de una forma más plena, de una forma más feliz, de una forma más trascendental, que tanto sus emprendimientos o sus proyectos de vida incluyan siempre a la persona en el centro, porque de esta manera vamos a cambiar el mundo. Creo que, si podemos cambiar el mundo, creo que tenemos muchas ganas, nuestros jóvenes del Continente están muy conscientes de los problemas que hay, y lo que necesitan de pronto es una guía, una ayuda, de demostrarles un camino diferente que los puede llevar a que afectivamente ellos solucionen estos problemas y que los llene a ellos también.
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