"Este Sínodo Amazónico está llevando la Voz de la Gente de la Tierra al centro y corazón de la Iglesia" Laicos ignacianos de todo el mundo apoyan al Papa por escuchar a los que "no tienen voz en la Iglesia"
"Aunque el dolor que causan las distintas resistencias al cuidado de la Tierra nos afecta, creemos que toda la Iglesia universal está siendo transformada por la acción del Espíritu Santo"
"La ecología integral está en el centro del mensaje profético en este siglo XXI"
"La única ruptura con Cristo sería separarnos de los pobres y la Tierra"
| Comunidad de Vida Cristiana
Le enviamos al Papa Francisco toda nuestra gratitud, confianza y alegría. Como asociación de fe de Laicos Ignacianos de todo el mundo, los miembros de la Comunidad de Vida Cristiana (CVX) queremos expresarle nuestra enorme alegría por la celebración del Sínodo Amazónico.
Un mensaje universal
Sabemos que no es algo que competa solo a aquella querida región, sino que nos involucra a todos, pues el Amazonas afecta a todo el planeta. Es un mensaje universal que, Ad Majorem Dei Gloriam, se realiza en cada uno de nuestros hogares, barrios y países. Aunque el dolor que causan las distintas resistencias nos afecta, la alegría de la Iglesia Amazónica nos desborda. Sentimos que toda la Iglesia universal está siendo transformada por la acción del Espíritu Santo en este proceso sinodal.
Escuchar la Voz de la gente de la tierra
Alrededor del mundo percibimos cómo la inmensa mayoría de la Humanidad siente una profunda alegría por el Sínodo Amazónico. Existe una mayoría silenciosa cristiana que no suele tener voz en la Iglesia. Aunque a veces se escucha sobre todo a quien tiene el altavoz más grande, la Iglesia silenciosa está formada por miles de millones de personas. Gracias, también, querido Papa Francisco, por oír y ser su Voz. La Ecología Integral nos hace escuchar la Voz de la Tierra y la Voz de la Gente de la Tierra. Gracias porque este Sínodo Amazónico está llevando la Voz de la Gente de la Tierra al centro y corazón de la Iglesia.
La sinodalidad "sucede en el corazón cada vez más plural de todas nuestras ciudades y comunidades"
El espíritu Amazónico profundiza la Iglesia sinodal
Quizás lo más importante que ha pasado en estos años es, precisamente, que gran parte de la Humanidad ha escuchado una voz que le ha hecho mirar a Jesús y seguirle por su camino. Creer a Jesús cuando dice “Yo soy el Camino” nos hace sinodales. Confiamos en que la sinodalidad haga profundizar a la Iglesia para que cuide el camino de Jesús, lo hagamos más abierto, inclusivo, acogedor y audaz.
Sabemos de las dificultades del camino sinodal. Las estructuras piramidales, la tentación de agradar a los poderosos, el riesgo de seguirnos y servirnos a nosotros mismos, dejar a la gente -especialmente a los pobres, débiles y sufrientes- en la cuneta, el clericalismo, etc. Gracias porque el Sínodo Amazónico nos hace más Pueblo caminante de Dios y no deja a nadie en la cuneta ni atrás.
La urgencia de unirlo todo en Dios
Laudato Si’ y el Sínodo Amazónico nos ha hecho sentir hondamente la urgencia de que todo sea uno en el Padre, cuidar los dones que nos ha dado y multiplicarlos para que todo se cumpla. Asumimos plenamente la moción de cuidar de nuestra casa común, “patrimonio de toda la humanidad y responsabilidad de todos”. Quemar y destruir la Tierra es gastarnos como el Hijo Pródigo su herencia en el mal vivir. Gracias, Santidad, por el mensaje profético de la Ecología Integral.
Dentro de 50 años todo el mundo verá tan natural la Doctrina de la Ecología Integral, como ahora vemos natural que la Iglesia se comprometiera con la cuestión social y el bienestar de los obreros en el siglo XIX. Estamos experimentando que la Ecología Integral está en el centro del mensaje profético del Espíritu Santo en este siglo XXI.
También sentimos el fuerte ruido de los mensajes del poder. No se reduce a la lucha política, sino que quiere domar a la Iglesia para que le sirva. Amenazan y calumnian siempre los mismos poderosos desde los mismos sitios. Quieren, como decía Ignacio de Loyola, llevar a Dios a lo suyo. Gracias, Santidad, por no permitir que se use a la Iglesia para los intereses poderosos. La única ruptura con Cristo sería separarnos de los pobres y la Tierra.
Estamos comprometidos muy especialmente en la conversión ecológica de las personas y las instituciones. Sabemos la importancia de ofrecer al agente experiencias de encuentro y discernimiento en ese campo vital para la Humanidad. La Ecología Integral es sanar el fundamento de todas nuestras relaciones. Así lo sentimos y así nos alegramos de que el Sínodo Amazónico nos haga profundizar más en ello.
Compartir a Jesús en la diversidad y pluralidad de la Humanidad
A una comunidad mundial tan extensa y diversa como la CVX, nos ha llegado muy a fondo el mensaje de la inculturación, la pluralidad de las personas y sus culturas. Este mensaje del Sínodo Amazónico no es solo para la diversidad de etnias del territorio pan-amazónico, sino que sucede en el corazón cada vez más plural de todas nuestras ciudades y comunidades.
El mundo es como la Plaza de Pentecostés: llena de gente en toda su diversidad de creencias y modos de vida. El Espíritu Santo nos impulsa a salir para compartir a Dios con los Lenguajes del Corazón. Creemos que este es el mensaje del Sínodo Amazónico.
Es otra gran llamada que hemos sentido en los trabajos previos del Sínodo: conocer a Jesús con la gente en sus lenguajes de vida, escuchando cómo el Espíritu Santo ha creado en esas culturas durante siglos… La CVX en todas las regiones y etnias en que está presente, queremos renovar nuestro compromiso con la inculturación del Evangelio y el camino de la Encarnación. Reafirmamos en este tiempo, nuestra decisión de haber discernido y elegido la Ecología como una de las cuatro fronteras para nuestra acción. La Ecología Integral forma parte inseparable del buscar a Dios en todas las cosas. Este Sínodo es un regalo para nosotros que nos anima a seguir profundizando, compartiendo y saliendo a “dar testimonio de los valores humanos y evangélicos en la Iglesia y la sociedad que afectan (…) la integridad de la creación.” (Principio General no.4 de la CVX).
Muchísimas gracias, su Santidad, a usted, a los Padres y Madres Sinodales y a todas las personas que están haciendo posible la celebración del Sínodo. Nos sentimos plenamente en comunión con todos y tenemos toda la confianza en que nos impulsarán a construir con más audacia y alegría el Reino de Dios. También queremos comprometernos en pedir a Dios cada día por el Sínodo y por usted: por su salud, por sus reformas y, sobre todo, por su alegría.
Agradecidos, nos tiene disponibles para todo a cada uno y todos los laicos miembros de la CVX, incluidos los que que estamos sirviendo en su Comisión Ejecutiva Mundial: Denis Dobbelstein, Ann Marie Brennan, Catherine Waiyaki, Fernando Vidal, Daphne Ho, Diego Pereira, Najat Sayegh, Alwin Macalalad, Rojean Macalalad y Manuel Martínez.