El exprefecto se perdió las dos primeras semanas por una hernia discal Müller regresa al Sínodo que quiere "destruir la antropología cristiana"

Müller, en el Aula Sinodal. A su lado, el cardenal Gracias. Tras él, James Martin
Müller, en el Aula Sinodal. A su lado, el cardenal Gracias. Tras él, James Martin

Tal y como hemos podido confirmar (y como se observa en la foto que encabeza este artículo), el purpurado alemán ya participa en los debates sinodales. y lo hace en la misma mesa que el cardenal Gracias. Justo detrás, en otra mesa, se ve a uno de sus 'archienemigos', el jesuita James Martin

"Existe el peligro de que una asamblea de casi 400 personas de diferentes orígenes, educación y competencias, involucradas en discusiones no estructuradas de ida y vuelta, produzca solo resultados vagos y borrosos" lamenta el purpurado alemán

Müller regresa al Sínodo. El ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que había estado ausente del aula sinodal desde su comienzo, ya se encuentra entre los asistentes a lo que él mismo denunció, en su día, como un evento que busca "destruir la antropología cristiana".

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Tal y como hemos podido confirmar (y como se observa en la foto que encabeza este artículo), el purpurado alemán ya participa en los debates sinodales. y lo hace en la misma mesa que el cardenal Gracias. Justo detrás, en otra mesa, se ve a uno de sus 'archienemigos', el jesuita James Martin.

Mesa redonda con Müller, Munilla y Reig
Mesa redonda con Müller, Munilla y Reig

Pese a sus críticas al Sínodo, Müller tenía pensado participar en el mismo desde el principio, tal y como lo hizo (por nombramiento expreso del Papa Francisco) en la primera sesión de esta etapa mundial. Sin embargo, una molesta "hernia discal", y la prohibición de los médicos que lo trataban, le impidió acercarse a Roma. Algo que, ahora, ya ha hecho.

A partir de ahora, se espera que Müller participe, con dureza, en contra de los debates sinodales (él considera que "la Iglesia no es una democracia", y ha criticado el mero hecho del celebrarlo, y de incluir en los mismos, con voz y votos, a sacerdotes, laicos y mujeres.

"Existe el peligro de que una asamblea de casi 400 personas de diferentes orígenes, educación y competencias, involucradas en discusiones no estructuradas de ida y vuelta, produzca solo resultados vagos y borrosos", ha declarado Müller. Que, pese a todo, ha acudido al mismo Sínodo que critica con firmeza.

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