En la audiencia a representantes de las Cáritas de América Latina y el Caribe El Papa insta a ahondar en la "salvaguardia" de "todos aquellos que vienen a nuestras Cáritas"
"El Señor nos pide a nosotros, sus enviados, sus ángeles en el sentido de misión, por más que no de pureza, que pongamos la señal de su bendita cruz en la frente de todos aquellos que vienen a nuestras Cáritas, gimiendo y lamentándose por tantas injusticias, incluso abominaciones, perpetradas contra ellos"
Es la petición, que, a su vez, les hizo el papa Francisco esta mañana, durante la Audiencia que les concedió, a los participantes en el segundo curso de formación promovido por Cáritas de América Latina y el Caribe, al desarrollar en su discurso esa cultura del cuidado que se practica en esa institución bajo la denominación de "salvaguardia”
"El Señor nos pide a nosotros, sus enviados, sus ángeles en el sentido de misión, por más que no de pureza, que pongamos la señal de su bendita cruz en la frente de todos aquellos que vienen a nuestras Cáritas, gimiendo y lamentándose por tantas injusticias, incluso abominaciones, perpetradas contra ellos".
Es la petición, que, a su vez, les hizo el papa Francisco esta mañana, durante la Audiencia que concedió a los participantes en el segundo curso de formación promovido por Cáritas de América Latina y el Caribe, al desarrollar en su discurso esa cultura del cuidado que se practica en esa institución bajo la denominación de "salvaguardia”.
"Poner 'virtualmente' esta señal en cada asistido, en cada profesional, en cada ser humano que encontramos, es reconocer en él su dignidad de hermano en Cristo, de redimido por la sangre del Salvador, ver en él la llaga abierta del Redentor que nos ofrece su mano tendida para que reconozcamos el misterio de su encarnación", indicó el Papa en su alocución.
"Es también asumir el imperativo ineludible del Señor que nos conmina: «no toquen a mis ungidos» (Sal 105,15). En este sentido la salvaguardia es un nombre divino, es Cristo mismo escrito en la frente de cada hombre y mujer y, como en un espejo, en el corazón de cada uno de los que, en nuestra fragilidad, queremos ser portadores de su amor, en pequeños gestos de caridad y de cuidado", expresó Francisco.
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