Anuncia que se unirá el 14 de mayo al día de oración y ayuno del Alto Comité para la Hermandad Humana El Papa pide “aunar la capacidad científica, de manera transparente y desinteresada, para encontrar vacunas y tratamientos” para todos
“Una vez más quiero expresar mi cercanía a los enfermos de Covid-19, a los que se dedican a su cuidado, a todos aquellos que, de cualquier manera, están sufriendo la pandemia”
“Dirijo un pensamiento especial a la Asociación 'Meter', promotora del Día Nacional de los niños víctimas de la violencia, la explotación y la indiferencia
"El sacerdocio y la vida consagrada requieren coraje y perseverancia"
"La voz del enemigo nos distrae del presente y quiere que nos centremos en los miedos del futuro o en la tristeza del pasado: hace aflorar la amargura, los recuerdos de los males sufridos, de los que nos han herido"
"El sacerdocio y la vida consagrada requieren coraje y perseverancia"
"La voz del enemigo nos distrae del presente y quiere que nos centremos en los miedos del futuro o en la tristeza del pasado: hace aflorar la amargura, los recuerdos de los males sufridos, de los que nos han herido"
En el Regina Coeli desde la biblioteca vaticana, como es habitual durante la pandemia, el Papa Francisco recuerda, una vez más, a los enfermos del Covid-19 y a sus cuidadores, al tiempo que pide a las autoridades internacionales que unan sus capacidades científicas "de manera transparente y desinteresada, para encontrar vacunas y tratamientos” para todos. También anuncia que se unirá (e invita a todos a hacer lo mismo) a la jornada de oración, ayuno y caridad del próximo 14 de mayo, convocada por el Alto Comité para la Hermandad Humana. En la catequesis, invitó a elegir la voz de Dios y no escuchar la del Maligno, que "causa frenesí antes y deja amargura después".
Catequesis del Papa (traducción propia)
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El cuarto domingo de Pascua, que celebramos hoy, está dedicado a Jesús el Buen Pastor. El Evangelio dice: "Las ovejas oyen su voz: él llama a sus ovejas, cada una por su nombre" (Jn 10,3). El Señor nos llama por nuestro nombre, nos llama porque nos ama. Pero, dice el Evangelio de nuevo, hay otras voces que no deben seguirse: las de los extraños, ladrones y salteadores que quieren el mal de las ovejas.
Estas diferentes voces resuenan dentro de nosotros. Está la voz de Dios, que habla amablemente a la conciencia, y está la voz tentadora que conduce al mal. ¿Cómo podemos reconocer la voz del buen Pastor de la del ladrón, cómo podemos distinguir la inspiración de Dios de la sugerencia del maligno?
Uno puede aprender a discernir estas dos voces: hablan dos idiomas diferentes, es decir, tienen formas opuestas de golpear nuestros corazones. Podeos distinguir la voz de Dios y la del Maligno. La voz de Dios nunca nos obliga: Dios se propone, no se impone. En cambio, la voz maligna seduce, asalta, fuerza: despierta ilusiones deslumbrantes, emociones tentadoras, pero pasajeras. Al principio halaga, nos hace creer que somos todopoderosos, pero luego nos deja vacíos por dentro y nos acusa: "No vales nada". La voz de Dios, en cambio, nos corrige, con tanta paciencia, pero siempre nos anima, nos consuela: siempre alimenta la esperanza. La voz de Dios tiene un horizonte. La del Maligno te lleva la muro.
Otra diferencia. La voz del enemigo nos distrae del presente y quiere que nos centremos en los miedos del futuro o en la tristeza del pasado: hace aflorar la amargura, los recuerdos de los males sufridos, de los que nos han herido. En cambio, la voz de Dios habla al presente: "Ahora puedes hacer el bien, ahora puedes ejercer la creatividad del amor, ahora puedes renunciar a los arrepentimientos y remordimientos que mantienen tu corazón cautivo".
Más aún: las dos voces plantean diferentes preguntas en nosotros. Lo que viene de Dios será: "¿Qué es bueno para mí?". En su lugar, el tentador insistirá en otra pregunta: "¿Qué me apetece hacer?". Lo que siento: la voz del mal siempre gira en torno al ego, sus impulsos, sus necesidades, todo e inmediatamente. Es como los caprichos de los niños. La voz de Dios, en cambio, nunca promete alegría a bajo precio: nos invita a ir más allá de nuestro ego para encontrar el verdadero bien, la paz. Recordemos: el mal nunca nos da paz, causa frenesí antes y deja amargura después. Éste es el estilo del mal.
La voz de Dios y la del tentador, finalmente, hablan en diferentes "ambientes": el enemigo prefiere la oscuridad, la falsedad, el chisme; el Señor ama la luz del sol, la verdad, la transparencia sincera. El enemigo nos dirá: "Enciérrate en ti mismo, porque nadie te entiende ni te escucha, ¡no te fíes! El bien, por el contrario, nos invita a abrirnos, a ser claros y a confiar en Dios y en los demás. Queridos hermanos y hermanas, en este tiempo tantos pensamientos y preocupaciones nos llevan a volver a entrar en nosotros mismos. Prestemos atención a las voces que llegan a nuestros corazones. Preguntémonos de dónde vienen. Pidamos la gracia de reconocer y seguir la voz del buen Pastor, que nos saca de las cercas del egoísmo y nos lleva a los pastos de la verdadera libertad. Que Nuestra Señora, Madre del Buen Consejo, guíe y acompañe nuestro discernimiento.
Saludos después del Regina Coeli
Queridos hermanos y hermanas,
Hoy celebramos el Día Mundial de la Oración por las Vocaciones. La existencia cristiana es toda y siempre respuesta a la llamada de Dios, sin importar el estado de la vida. Este día nos recuerda lo que Jesús dijo un día que el campo del Reino de Dios requiere mucho trabajo, y debemos rezar al Padre para que envíe obreros a trabajar en su campo (cf. Mt 9, 37-38). El sacerdocio y la vida consagrada requieren coraje y perseverancia; y sin la oración no seguiremos por este camino. Invito a todos a invocar del Señor el don de buenos trabajadores para su Reino, con el corazón y las manos abiertas a su amor.
Una vez más quiero expresar mi cercanía a los enfermos de Covid-19, a los que se dedican a su cuidado, a todos aquellos que, de cualquier manera, están sufriendo la pandemia. Al mismo tiempo, quisiera apoyar y alentar la colaboración internacional que se está llevando a cabo con diversas iniciativas a fin de responder de manera adecuada y eficaz a la grave crisis que estamos experimentando. De hecho, es importante aunar la capacidad científica, de manera transparente y desinteresada, para encontrar vacunas y tratamientos y garantizar el acceso universal a las tecnologías esenciales que permitan a toda persona infectada, en cualquier parte del mundo, recibir la atención sanitaria necesaria.
Dirijo un pensamiento especial a la Asociación "Meter", promotora del Día Nacional de los niños víctimas de la violencia, la explotación y la indiferencia. Aliento a los responsables y operadores a que continúen su acción de prevención y sensibilización junto con los diversos organismos educativos. Y agradezco a los niños de la Asociación que me han enviado un collage con cientos de margaritas coloreada por ellos.
Acabamos de empezar mayo, el mes mariano por excelencia, durante el cual a los fieles les gusta visitar los santuarios dedicados a Nuestra Señora. Este año, debido a la situación snitaria, vamos espiritualmente a estos lugares de fe y devoción, para poner en el corazón de la Santísima Virgen nuestras preocupaciones, expectativas y planes para el futuro.
Y porque la oración es un valor universal, he aceptado la propuesta del Alto Comité para la Hermandad Humana de que el próximo 14 de mayo, los creyentes de todas las religiones se unan espiritualmente en un día de oración y ayuno y de obras de caridad, para implorar a Dios que ayude a la humanidad a superar la pandemia del coronavirus. Todos los creyentes juntos, para rezar, ayunar y hacer obras de caridad.
Les deseo a todos un buen domingo. Por favor, no te olvides de rezar por mí. Que tengas un buen almuerzo y adiós.