La próxima Asamblea General ordinaria del Sínodo de los Obispos está convocada "para el otoño de 2022", con el fin de asegurar una "mayor implicación" de toda la Iglesia "en la preparación y celebración" del evento. Lo decidió el Papa Francisco, presidiendo en la tarde del 6 de febrero, la primera reunión del XV Consejo Ordinario de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos. Así lo comunicó una nota de la misma Secretaría.
Temas en la agenda
Los trabajos del organismo, que se desarrollaron también el 7 de febrero, se organizaron para "sugerir" al Santo Padre posibles temas a tratar en la XVI Asamblea General Ordinaria y para "abordar otros temas", como los pasos dados tras el Sínodo sobre los jóvenes de 2018 y la resonancia de la Exhortación Apostólica post-sinodal Christus vivit.
La preocupación por los migrantes
Se le presentó al Papa "una terna de temas posibles", que el Papa recibió - se lee - "en vista de la elección definitiva del tema sinodal". En el curso del debate de esa misma tarde, se precisa, surgió también "la necesidad de expresar con urgencia la solidaridad con los hermanos y hermanas involucrados en el drama de la migración forzada".
Los trabajos
Al comienzo de la reunión el Secretario General, el Cardenal Lorenzo Baldisseri, anunció que, tras el nombramiento del Cardenal Luis Antonio Tagle como Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el Cardenal Joseph Coutts, Arzobispo de Karachi, Pakistán, asumió como nuevo miembro del Consejo Ordinario: "Fue - afirma el comunicado - el Padre Sinodal de Asia que obtuvo más votos".
El cardenal Baldisseri "presentó" a continuación los resultados de la consulta realizada por la Secretaría General "sobre los temas" para la próxima Asamblea, "involucrando, durante el año 2019, a las Conferencias Episcopales, a los Sínodos de las Iglesias Católicas Orientales sui iuris, a los Dicasterios de la Curia Romana y a la Unión de Superiores Generales". Después de esto, tuvo lugar un "rico debate" tanto en la sesión plenaria como en los grupos lingüísticos. Al día siguiente, el Cardenal Kevin Joseph Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, presentó las actividades post-sinodales que la Sección Juvenil está llevando a cabo para "solicitar" la implementación de la Exhortación Apostólica post-sinodal Christus vivit.
Mensaje de la Secretaría
Por otro lado, el Consejo de la Secretaría del Sínodo de Obispos publicó un mensaje dedicado a la tragedia de los que se ven obligados a abandonar la tierra y el hogar: los gobiernos deben acoger y comprometerse con un fenómeno que destruye a las personas y las familias.
El Magisterio de los últimos y para los últimos, que para el Papa son a menudo migrantes. La Secretaría del Sínodo de los Obispos también se sintoniza con los principales temas del Pontificado de Francisco. Lo hizo durante sus trabajos los días 6 y 7 de febrero pasado, en los que, además de presentar al Papa un trío de temas para la próxima asamblea ordinaria prevista para 2022, el Consejo de la Secretaría del Sínodo emitió un comunicado en el que se reflexionaba sobre las "consecuencias del fenómeno migratorio".
Dar consuelo
Un vistazo al drama, el papel de la Iglesia y las demandas hechas a los gobiernos para que los acojan, son los tres puntos del mensaje. Las principales causas son “las guerras, las desigualdades económicas, la búsqueda de trabajo y de tierras más fértiles, la persecución religiosa, el terrorismo, la crisis ecológica", causas que provocan efectos "devastadores" -que se traduce en "familias destruidas", "niños separados de sus padres", personas que sufren en los campos de refugiados y que a menudo son víctimas de abusos-, la Iglesia, dice el mensaje, "está llamada a ofrecer consuelo, consolación y acogida" y a "levantar su voz contra la injusticia, la explotación y el sufrimiento".
La trata de personas
El agradecimiento se dirige, pues, a los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales "que -dice el mensaje- muestran interés y se comprometen a ayudar a los que se ven obligados a desplazarse", y de manera similar se dirige a los que intentan "iniciar políticas favorables a la acogida de estas personas en sus comunidades". El deseo final de la Secretaría del Sínodo, es que los gobiernos locales "afronten las situaciones que obligan a las personas a abandonar sus hogares" y vigilar "contra la trata de personas", promoviendo "el fin de los conflictos que causan tanto sufrimiento".