(Vatican News).- «Todos estamos contentos. La población de Gaza sigue incrédula». El cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca de Jerusalén de los Latinos, contactado telefónicamente por los medios vaticanos para un primer comentario sobre la tregua firmada entre Israel y Hamás, se muestra emocionado. «En este momento -subrayó el Patriarca-, este avance era absolutamente necesario. Ahora es importante ocuparse inmediatamente de las principales urgencias: alimentación, sanidad y escolarización. Por supuesto, sabemos que el camino hacia la paz será más largo».

-Eminencia, ¿qué balance podemos hacer del acuerdo pocas horas después de su anuncio? ¿Y qué esperanzas de paz hay tras la tregua?

-En primer lugar, hay que decir que todos estamos muy contentos, la gente está contenta, porque la guerra ha hecho mucho daño a la vida de todos. Sabemos que la situación sigue siendo muy frágil, que persisten algunas tensiones, pero éste era un avance necesario y muy necesario. La esperanza es que este sea el primer paso y que ahora se abra un contexto que aporte nuevas perspectivas y resuelva el conflicto mediante la negociación. La paz real, por desgracia, llevará más tiempo: el final de la guerra no es el final del conflicto.

-¿Por qué, en su opinión, se ha llegado ahora a la tregua? La pregunta que todo el mundo se hace ahora, con miedo, es si se mantendrá.

-La tregua debe mantenerse, y hay que hacer todo lo posible para que se mantenga. También hay quienes están en contra, lo sabemos, pero debemos intentar no darles espacio. El acuerdo es el mismo que hace meses, creo que se ha alcanzado ahora porque quizás las condiciones políticas humanas e internacionales han madurado. Pero lo importante en este momento es pasar página, inmediatamente, y empezar a ocuparnos sobre todo de la gravísima situación humanitaria en Gaza.

-¿Cuáles son las principales prioridades en estos momentos para la población de la Franja de Gaza y para nuestra comunidad cristiana allí?

-Ahora mismo, desde el punto de vista humanitario, debería ser más fácil aportar lo necesario para la vida de la población, que depende al 100% de la ayuda exterior. Pero también tendremos que hacer frente a las otras dos grandes urgencias de la población -además de la alimentaria-: la escolarización y la sanidad. Y esto, naturalmente, también se aplicará a nuestra pequeña comunidad cristiana. Estoy seguro de que, con la ayuda de las numerosas organizaciones internacionales, podremos crear la coordinación necesaria para empezar a resolver el problema humanitario, que llevará mucho tiempo.

-¿Ha tenido ya noticias de los habitantes de la parroquia de la Sagrada Familia? ¿Cómo están viviendo estas horas y cuál será su papel en esta fase?

-Sí, estamos en contacto permanente. La gente de nuestra comunidad en Gaza está muy contenta, por supuesto, ¡todavía no se lo pueden creer! Pero la idea de que haya un alto el fuego y se pase página da una sensación de liberación en estos momentos. La parroquia de la Sagrada Familia estará muy ocupada en esta etapa, y con las demás organizaciones intentaremos coordinarnos lo mejor posible para llegar al mayor número de personas: es esencial ayudar y apoyar a todos, especialmente al mundo de los niños y los bebés.