Sebastian Francis, arzobispo de Penang, es hijo de emigrantes indios El neocardenal de Malasia que sabe lo que es ser hijo de inmigrante: "Hacen todo el trabajo pesado que los nativos no quieren"
A sus 72 años, es presidente de la Conferencia Episcopal que incluye también a Singapur y Brunei. Será el segundo malayo en el Colegio Cardenalicio (pero el primero entre los electores). Su mensaje a la diócesis: "Construyamos juntos el Reino de Dios hecho de alegría, misericordia y esperanza". Lleva al Colegio cardenalicio el tema de la relación entre las religiones y los grupos étnicos del sudeste asiático
| Nirmala Carvalho
(AsiaNews).- Un sacerdote que creció en Malasia en una familia de emigrantes indios. Y que podría llevar por primera vez a esta dinámica Iglesia del Sudeste asiático a un futuro Cónclave. Este es el perfil de monseñor Sebastian Francis, obispo de Penang, a quien ayer en el papa Francisco nombró el pasado 9 de julio entre los 21 nuevos cardenales que recibirán la púrpura en el Consistorio del 30 de septiembre.
Nació en 1951 en la ciudad de Johor Bahru, al sur de Malasia, y desde julio de 2012 es obispo de Penang, al norte del país, donde antes enseñaba teología dogmática en el seminario. Desde enero de 2017 es presidente de la Conferencia Episcopal que reúne a los obispos de Malasia, Singapur y Brunei. Miembro del Comité Central de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia (FABC), es también una figura muy estimada en la sociedad civil de su país: fue vicepresidente del consejo interreligioso local y en 2016 recibió de manos del gobernador de Penang el premio Darjah Setia Pangkuan Negeri, que conlleva el título de Datuk, apelativo con el que los malasios se dirigen a una personalidad importante.
Francis es el segundo prelado en ser nombrado cardenal en la historia de la Iglesia católica de Malasia, pero será el primero en unirse a las filas de los cardenales electores: en efecto, antes que él, en 2016 el Papa Francisco le había concedido la púrpura al entonces arzobispo emérito de Kuala Lumpur Anthony Soter Fernandez, que falleció luego en 2020. En aquella ocasión, sin embargo, Fernández había sido nombrado cardenal a los 84 años, por lo que no habría entrado en un eventual Cónclave. Asimismo, como parte de la Conferencia Episcopal que agrupa a Malasia, Singapur y Brunei, el Papa Francisco también había nombrado al cardenal Cornelius Sim, vicario apostólico de Brunei, quien también falleció en 2021 a los 70 años.
El nombramiento de Sebastian Francis también fue recibido con alegría en la India, tierra de la que emigraron a Malasia los abuelos del nuevo cardenal en 1890. Su familia pertenecía a los Mechery de Ollur, distrito de Thrissur. El arzobispo de Penang tiene cinco hermanos y cuatro hermanas, todos ellos ahora ciudadanos malayos; pero algunos de sus parientes viven aún en Chennai, la capital del vecino estado de Tamil Nadu.
Los inmigrantes hacen todo el trabajo pesado que los nativos tienden a ignorar y ayudan a la economía de los países desarrollados y en vías de desarrollo
El interés del cardenal Francis por sus raíces indias se reavivó durante la XI Asamblea Plenaria de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia, que se celebró en Colombo (Sri Lanka) en 2017, donde se reunió con muchos prelados y delegados indios, entre ellos el arzobispo Andrews Thazhath de Thrissur, actual presidente de la Conferencia Episcopal de la India (CBCI). En aquella ocasión, lo invitó a visitar su ciudad natal en Kerala y le organizó una gran recepción en la Iglesia de Nuestra Señora de Lourdes. Allí Francis contó que su madre todavía cocinaba los platos de Kerala, y que su padre administraba un restaurante indio llamado "Kera" (coco). En Kuala Lampur, capital de Malasia, el hermano del obispo sigue administrando un restaurante con el mismo nombre.
A la pregunta que AsiaNews le hizo hoy sobre la importancia de sus orígenes migrantes, el recién nombrado cardenal respondió: "Los inmigrantes hacen todo el trabajo pesado que los nativos tienden a ignorar y ayudan a la economía de los países desarrollados y en vías de desarrollo. También traen consigo tesoros culturales y espirituales que dan nuevo dinamismo a muchos países. Que Dios bendiga a los migrantes y su fructífera labor".