Discurso del presidente de Confer en la clausura de la Asamblea de los religiosos españoles Jesús Díaz Sariego, op: "Tenemos de ‘caminar juntos’ como CONFER para servir mejor a la vida religiosa desde ella"
"Esto es lo más importante: cada religioso/a y cada comunidad; cada vida de entrega y cada apostolado sea cual sea en favor del Evangelio. No debemos ignorar que en el mundo secular el ‘valor de la persona’ adquiere nuevos acentos que hemos de escuchar y tener en cuenta, también en nuestro proceso vocacional vital"
"Una mayor o mejor coordinación de los procesos de reestructuración que hemos realizado nos hubiera llevado, sin duda, a una mayor creatividad a la hora de configurar nuestras decisiones. Porque, hemos de ser creativos no solamente para generar nuevas fundaciones apostólicas, sino también para cerrarlas o transformarlas"
"Cuidar con más atención a todas las generaciones, pero especialmente a la generación intermedia. Generación sobre la que recae el mayor peso y responsabilidad en estos momentos"
"Hemos de ser creativos no solamente para generar nuevas fundaciones apostólicas, sino también para cerrarlas o transformarlas"
"Dios nos cuida y nosotros debemos también cuidarnos los unos a los otros"
"Cuidar con más atención a todas las generaciones, pero especialmente a la generación intermedia. Generación sobre la que recae el mayor peso y responsabilidad en estos momentos"
"Hemos de ser creativos no solamente para generar nuevas fundaciones apostólicas, sino también para cerrarlas o transformarlas"
"Dios nos cuida y nosotros debemos también cuidarnos los unos a los otros"
"Dios nos cuida y nosotros debemos también cuidarnos los unos a los otros"
Camino de futuro y horizonte de la CONFER
Llegamos al final de nuestra XXVII Asamblea General de CONFER. De nuevo hemos de volver a la pregunta Lema de la misma: «Señor, ¿qué quieres de nosotros hoy?». Luis Ángel de las Heras nos ayudaba, en la primera intervención, a identificar posibles respuestas. Pero, ésta pregunta ha de seguir acompañándonos durante estos próximos años, al menos hasta la próxima Asamblea. Os invitaría a que en cada Orden, Congregación o Instituto la tengamos en cuenta. Podemos asumir el compromiso, como Superiores Mayores, de seguir reflexionándola para dar mejor forma a lo que somos y a lo que hacemos. Las respuestas que podamos dar a esta pregunta son el camino de futuro por el que debemos transitar. Sus respuestas nos abren mucho horizonte, a cada Congregación en particular y a la CONFER en general.
Os invito también a grabar en nuestro interior, casi como si de un mantra se tratase, este texto de la Primera Carta de San Juan que dice:
«Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida –pues la vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la Vida eterna, que estaba vuelta hacia el Padre y que se nos manifestó-. Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos esto para que nuestro gozo sea completo». (1 Jn 1, 1-4).
Estamos ante uno de los testimonios de la Sagrada Escritura más hermosos, más profundos, más elocuentes. Esto es Vida en plenitud. Aquí nos encontramos ante una palabra de vida. Esta palabra de vida es anunciada con un objetivo muy concreto: PARA ESTAR EN COMUNIÓN. Cuando la comunión tiene lugar, el gozo se hace completo. Este será nuestro destino: el gozo. De este gozo se da testimonio, de este gozo surge la comunión.
En la presentación del Proyecto para el fortalecimiento y la viabilidad de la CONFER, Mariña, nos decía lo siguiente:
«La amplia representatividad de la CONFER, su presencia en todo el territorio y su capacidad de trabajar en red, la convierten en una plataforma idónea para crear y propiciar espacios de reflexión compartida, de formación, de acompañamiento y, de ser canal para hacer llegar las ayudas y apoyos que cada Congregación pueda estar necesitando».
Durante la Asamblea hemos tenido unas Jornadas intensas de trabajo. Nos hemos centrado, en esta ocasión a reflexionar sobre el «Proyecto para el fortalecimiento y la viabilidad de la CONFER al servicio de las Congregaciones Religiosas en España». Para ello, hemos dialogado sobre los 8 desafíos que hemos identificado para la Vida Religiosa hoy, en nuestro país. Los Desafíos nos han llevado a comprometernos con algunas líneas de acción que queremos verter en 13 planes con sus acciones correspondientes.
En la Asamblea nos hemos percatado de que este Plan para los próximos tres años (2020-2021) es ambicioso, pero necesario. Quizás tengamos que priorizar los planes y las acciones que contemplan. Es verdad, también nos hemos dado cuenta de ello, de los ejes transversales que los recorren y que no se nos pueden escapar.
El diagnóstico (DAFO) que, de forma rápida, hemos presentado ayer nos ayuda a identificar las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de la CONFER. Pero este análisis DAFO, muy sugerente porque nos ayuda a conocernos mejor en nuestro funcionamiento como CONFER, nos ayuda a señalar algunas propuestas de mejora en su organización y funcionamiento.
Pero más allá de la formalidad y rigor que todo buen documento marco ha de tener en nuestro modo de trabajar los asuntos que nos competen está la vida de las personas (de los religiosos y religiosas que formamos parte de CONFER), de las comunidades religiosas repartidas por todo el territorio nacional de las Ordenes, Congregaciones e institutos que la configuran. Esto es lo más importante: cada religioso/a y cada comunidad; cada vida de entrega y cada apostolado sea cual sea en favor del Evangelio. No debemos ignorar que en el mundo secular el ‘valor de la persona’ adquiere nuevos acentos que hemos de escuchar y tener en cuenta, también en nuestro proceso vocacional vital.
Habernos escuchado de tú a tú durante la Asamblea nos ha permitido percibir muchos matices que los simples papeles o programas no necesariamente recogen. Nos ha sido especialmente valioso de la Asamblea lo siguiente:
1.- Hemos percibido una mayor toma de conciencia (racional y afectiva) comunitaria de la necesidad que tenemos de ‘caminar juntos’ como CONFER para servir mejor a la vida religiosa desde ella.
2.- Como muy bien nos decía ayer el Presidente de la URPA, Juan González FSC, hemos de abrir procesos y de acertar a acompañarlos, ya que «el camino lo hace quien lo recorre».
3.- En este camino constatamos que ‘Dios nos cuida’ y que nosotros debemos también ‘cuidarnos los unos a los otros’. Señalo a continuación algunos de los ‘cuidados’ que queremos preservar y que, de una manera o de otra, han surgido durante la Asamblea:
- Ø CUIDAR A LAS PERSONAS: cuidar con más atención a todas las generaciones, pero especialmente a la generación intermedia. Generación sobre la que recae el mayor peso y responsabilidad en estos momentos.
- Ø CUIDAR LAS PRESENCIAS. LOS MODOS DE HACERSE PRESENTES. Durante la Asamblea nos hemos orientado en la necesidad de resignificarnos (de ser o, de volver a ser significativos), ya que no se trata solamente de discernir el lugar donde debemos estar, sino también el cómo estar donde debemos estar; Debemos estar así: «dónde dos o más estén reunidos en mi nombre… allí estoy yo en medio de ellos».
- Ø CUIDAR LA INTEGRACIÓN CARISMÁTICA. De vivir la integración carismática y misión compartida. Una dimensión sobre la que debemos reflexionar aún más. Perfilar mejor la misión compartida con los laicos.
- Ø CUIDAR LA INTERCONGREGACIONALIDAD YLA SINODALIDAD. En relación con lo anterior, de reformular mejor la intercongregacionalidad, un camino sin duda, de sinodalidad. Pensando su desarrollo más desde ‘abajo’, desde la proximidad geográfica, el encuentro orante, festivo, etc… que desde una programación que venga más desde ‘un despacho’… ‘desde ‘arriba’.
- Ø CUIDAR LA PLURALIDAD Y DIVERSIDAD REGIONAL. El espacio que nos hemos dado para reflexionar y tomar el pulso a las CONFER regionales y diocesanas ha resultado especialmente valioso. Hemos traído a la Asamblea ‘la vida religiosa vaciada’. En las reestructuraciones de Provincias que venimos haciendo estos últimos años no hemos escuchado del todo, quizás, los ecos del Espíritu cuando siguen reclamando nuestra presencia en los distintos lugares, en las diferentes Iglesias locales. Una mayor o mejor coordinación de los procesos de reestructuración que hemos realizado nos hubiera llevado, sin duda, a una mayor creatividad a la hora de configurar nuestras decisiones. Porque, hemos de ser creativos no solamente para generar nuevas fundaciones apostólicas, sino también para cerrarlas o transformarlas.
Llegados al final de esta Asamblea hemos escuchado a Mons. José Rodríguez Carballo hablarnos sobre la Sinodalidad. La vida religiosa puede aportar mucho a la Iglesia sobre la experiencia que ya tiene de sinodalidad. Pero, al mismo tiempo, hemos de ser también conscientes de que no lo sabemos todo. El camino sinodal no empieza ni termina en nosotros. También debemos aprender de otros sectores de la Iglesia, escuchar sus planteamientos, oír sus experiencias y palpar sus sentidos de sinodalidad.
«Señor, ¿qué quieres de nosotros hoy?». La pregunta nos sigue inquietando en la búsqueda de respuestas que ya hemos comenzado a vivir.
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