"Vivían en un espacio reducido y no podían evitarse las unas a las otras" Disuelven un monasterio de clarisas en Alemania por incompatibilidad de caracteres
Debido a “conflictos irresolubles”, la comunidad de clarisas que habitan el monasterio de Bautzen, en la diócesis alemana de Dresde-Meißen, será disuelta tas un siglo dedicada a la oración eucarística
“Las hermanas intentaron resolver el conflicto dispersándose en dos lugares. Un pequeño grupo de hermanas se mudó con la exabadesa y ahora vive con las Hermanas de Nazaret en Goppeln. En realidad, la comunidad quería seguir viviendo en dos grupos, es decir, en dos lugares. Pero eso finalmente no fue aprobado”
“Es un fracaso de la comunidad. Si todos cumplen con los altos estándares de humildad y obediencia y se retiran por completo, entonces apenas puede haber conflictos. Pero la gente no es perfecta, así son las cosas”
"La comunidad de hermanas estaba dividida por diferentes puntos de vista sobre el modo de vida monástico, la convivencia y quién estaba a cargo. Las hermanas ya no se ponían de acuerdo sobre estas cuestiones y, al final, también se trataba de poder"
“Es un fracaso de la comunidad. Si todos cumplen con los altos estándares de humildad y obediencia y se retiran por completo, entonces apenas puede haber conflictos. Pero la gente no es perfecta, así son las cosas”
"La comunidad de hermanas estaba dividida por diferentes puntos de vista sobre el modo de vida monástico, la convivencia y quién estaba a cargo. Las hermanas ya no se ponían de acuerdo sobre estas cuestiones y, al final, también se trataba de poder"
Debido a “conflictos irresolubles”, la comunidad de clarisas que habitan el monasterio de Bautzen, en la diócesis alemana de Dresde-Meißen, será disuelta tas un siglo dedicada a la oración eucarística.
El monje cisterciense Johannes Müller, que las ha acompañado en este proceso, resume las razones de este ‘divorcio’: “Es un fracaso de la comunidad. Si todos cumplen con los altos estándares de humildad y obediencia y se retiran por completo, entonces apenas puede haber conflictos. Pero la gente no es perfecta, así son las cosas”. No hay voto de ‘empatía’ que añadir a los de obediencia, castidad y pobreza. No se caen bien y punto. Incompatibilidad de caracteres.
A finales de 2023, el convento anunció una ruptura en la comunidad de ocho monjas. La razón de esto fue una “crisis progresiva” y “conflictos irresolubles”. Tres hermanas abandonaron el monasterio en 2022 y regresaron brevemente en 2023 antes de partir nuevamente. Desde entonces viven en el monasterio de las Hermanas de Nazaret en Goppeln. De las cinco hermanas que quedan en Bautzen, tres se mudan ahora al monasterio de las Clarisas en Dingolfing, una quiere mudarse al monasterio madre en Troyes, Francia, y una monja abandona la vida religiosa.
Roma zanja la disputa: disolución
Ese era el estado de la cuestión -resumido por el portal Katholisch- antes de que interviniera el Dicasterio para la Vida Consagrada y le comunicara al padre Müller que no autorizaba la división de la comunidad en dos y que la solución era la disolución.
“Las hermanas intentaron resolver el conflicto dispersándose en dos lugares. Un pequeño grupo de hermanas se mudó con la exabadesa y ahora vive con las Hermanas de Nazaret en Goppeln. En realidad, la comunidad quería seguir viviendo en dos grupos, es decir, en dos lugares. Pero eso finalmente no fue aprobado”, reconoce el monje.
“Al final, la comunidad de hermanas estaba dividida por diferentes puntos de vista sobre el modo de vida monástico, la convivencia y quién estaba a cargo. Las hermanas ya no se ponían de acuerdo sobre estas cuestiones y, al final, también se trataba de poder, como desgraciadamente suele ocurrir con tanta frecuencia”, relata el cisterciense.
La exabadesa vivió durante años fuera del monasterio a petición del obispo, pero las autoridades eclesiásticas exigieron que regresara al monasterio, lo que provocó nuevas tensiones. “Al final, la comunidad se vino abajo debido a las disputas. Por supuesto, las ocho hermanas allí no se estaban peleando entre sí. Pero viven juntas en un espacio muy reducido y en condiciones muy sencillas. Allí no podían evitarse las unas a las otras tan fácilmente como ocurre en comunidades más grandes. Con el tiempo, los conflictos ya no pudieron superarse”.
A finales de septiembre dejarán ya de encontrarse en ese monasterio, aunque se espera que “la adoración eucarística continúa uniéndolas y su amor por Cristo. Quieren absolutamente permanecer leales a eso”, afirma quien ha estado acompañando este asunto que, finalmente, reconoce, “ha supuesto un profundo duelo”.
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