Fue hace dos años y seis meses aproximadamente, viendo un programa de la religiosa televisión KTO, francesa, con el título L´Esprit des Lettres. Allí vi por primera vez al franciscano conventual, al “hermano” François-Xavier  Bustillo, que mereció mi atención. En aquel tiempo el franciscano era predicador y superior del Convento de Lourdes (Francia), importante centro de acogida y de espiritualidad de la Diócesis de Tarbes y Lourdes.

El interviniente televisivo y fraile había nacido en la Navarra española, no en la francesa costa vasca. Su apellido es muy de militar y muy español de origen, habiendo conocido este escritor-cronista a varios Bustillo, militares y navarro-españoles todos ellos. La presencia en aquel programa, junto a otros dos religiosos franceses, fue con ocasión de la publicación por Fray Francisco de un libro de espiritualidad que en castellano se tradujo: La vocación del sacerdote ante las crisis. El libro llevó el subtitulo Fidelidad creadora. 

Me llamó la atención que un franciscano español hubiese hecho “carrera” en Francia, si bien, Navarra, tierra en tiempos pasados fue muy religiosa, y siempre “lanzó” por el mundo a muchos frailes y monjas, a Francia y hasta India, siendo el jesuita Francisco Javier uno de los más ejemplares, natural de Tudela. Y en el plató televisivo lució el Hermano (Fray) Francisco Bustillo. Y luz con muchos brillos personales, no precisamente de las ropas oscuras, las de fraile franciscano. ¿De dónde viene esa sensación de poderío que transmitió Fray Francisco Bustillo? –llegué a preguntarme. 

Miré, primero, al personaje con detenimiento, con cuidado y atención, para luego escucharle. Caí en la cuenta: sin quererlo o buscado de propósito, que Bustillo, hizo alarde –los alardes son muy vascos y navarros- de un poderoso esternocleidomastoideo, que es un músculo que está situado en el cuello y con función de permitir el giro y la inclinación lateral de la cabeza. Es un  músculo robusto situado a los lados del cuello. 

Y entramos en territorios de la opinión y de los pareceres enfrentados: soy de la opinión que la elegancia masculina puede estar también en el cuello largo, como en los cisnes, de la misma manera que la elegancia de las mujeres puede estar también en sus finas y delicadas piernas. Cuellos con papadas, congestionados, cortos e “infartables” pueden alejar elegancias y distinciones. Bustillo tiene, pues, la elegancia de los cisnes, y en su continuo mirar hacia arriba destacaba aún más las vainas anatómicas conteniendo arterias principales y nervios que desde el cráneo descienden y descienden. Y la altura es muy importante en quienes tienen derecho a adornarse con la “capa magna”, y pienso ahora en cardenales como Confalonieri, Martini o Cañizares, aunque este último por contraste.   

A los pocos meses de aquella brillante aparición en televisión, Bustillo fue nombrado Obispo de Ajaccio, capital de la Isla de Córcega, y patria del terrorismo o el movimiento independentista corso, que, como todos los terrorismos, relación estrecha mantiene con lo religioso. Por eso, ser Obispo de la francesa Ajaccio es como haber sido Obispo de Bilbao o de San Sebastián en los años ochenta y noventa del pasado siglo. Y siempre tratándose una Isla que, como todas las del Mediterráneo, son peculiarmente mafiosas. En Youtube se puede ver la ceremonia de Ordenación episcopal de Bustillo en el caluroso 13 de junio de 2021, cuyo ordenante principal fue el arzobispo de Marsella, el hoy también cardenal y muy influyente, muy del gusto del Papa Francisco, monseñor Jean Marc Aveline.

Y es que el año 2021 fue de mucha intensidad para los navarros españoles aspirantes a obispados y arzobispados. Si en ese año el navarro  Bustillo llegó a ser obispo corso, de Córcega, otro navarro, monseñor Aznárez, llegó a ser el Arzobispo castrense de España, por la gracia, no solamente del Papa, sino también del Rey Felipe VI con el refrendo de Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno. En nada se parecen los prelados en Francia (muy de la Virgen de Lourdes) y en España (muy de San Fermín, antes también castrense) que influyeron en las carreras episcopales de los dos navarros, uno del clero regular (Bustillo) y el otro del clero secular (Aznárez). 

Es normal que muchos de a pie ignorasen hasta ahora la importancia de monseñor Bustillo, y es normal que el Papa que le “creará” cardenal a finales de septiembre, lo conociera muy bien, habiendo valorado con excelencia las publicaciones del navarro, alguna instada por el mismo Papa, recordando que los sacerdotes no son funcionarios. Y no es detalle insignificante la creación en Bustillo al cardenalato, que el nombrado recientemente arzobispo de París, monseñor Ulrich, sustituyendo al pastor y médico Aupetit, no sea cardenal, también a diferencia de Cobo, el de Madrid, ya cardenal.

Aconsejo, para valorar adecuadamente a monseñor Bustillo, que los lectores y lectoras, vayan a Youtube, pudiendo ver, tanto el programa L´Esprit des Lettres, explicando el libro señalado en el primer párrafo, como las palabras pronunciadas en francés, italiano, español y corso al final de la Ceremonia de su Ordenación Episcopal en la preciosa y mediterránea Isla de Córcega, en la Catedral de Ajaccio.  

Y no debo omitir la apologética de monseñor Bustillo sobre el sacerdocio católico, que es de mucha utilidad para vida sacerdotal, calificando de sublime esa vocación, y con un optimismo importante, pues se razona perfectamente que la presente época, con tantos problemas, no es la época más difícil para la Iglesia en su continuada Historia. Crisis la presente que, como toda crisis, es estimulante. 

Finalmente señalo un hecho curioso: El Decano del Colegio Cardenalicio, monseñor Re, al haber cumplido ya los ochenta años, no podrá asistir al próximo Cónclave; el Vicedecano del mismo Colegio los cumplirá muy pronto. Y cuando escribimos del Primado de Hungría, el cardenal Erdö, aquí y hace meses, también escribimos de ese crear de continuo, casi como gota a gota, por el jesuita Papa Francisco de cardenales jesuitas.