¡Feliz sábado! Hoy le decimos a la Virgen que se acuerde de nosotros para que ruegue a Dios por los que estamos en este valle de lágrimas. La música de hoy es de uno de los grandes maestros de todos los tiempos.

Estoy hablando de Josquin Desprez (h. 1450-1521), compositor francoflamenco nacido cerca de Saint Quentin. Era uno de los grandes compositores del renacimiento, con una reputación al mismo nivel que la de otros como Guillaume Dufay, Johannes Ockeghem o el mismísimo Giovanni Pierluigi da Palestrina. Fue el verdadero artífice musical de la transición entre el mundo sonoro de finales de la Edad Media y comienzos de ese renacimiento musical tan rico. Ni que decir tiene que su polifonía sirvió de base para muchísimos compositores posteriores a él, especialmente los del siglo XVI. Parece ser que su nombre original era Josse y «Josquin» es el diminutivo; Josse era un santo bretón que predicó en el norte de Francia y en Flandes durante el siglo VII. Así, nuestro maestro tiene un nombre que actualmente es poco común, pero que en su tiempo fue bastante utilizado.

Disfrutemos de su motete Recordare, virgo mater, a cuatro voces, pero que no se tiene claro si es de él o no. Solamente se conserva en un volumen de obras de Andrea Antico publicado en 1520. La textura es muy curiosa puesto que de alguna forma iguala las dos voces superiores confrontándolas a la grave, una verdadera rareza. El carácter es bastante energético, con escalas y cadencias en el re final. Lo que sí esta claro es que la composición posee ese carácter hipnótico de las grandes obras de Josquin.

La partitura de la composición puede descargarse aquí.

La interpretación es del conjunto A Sei Voci.