Cantad al Señor
¡Feliz miércoles! Cuando nos colocamos ante la música de un gran maestro como el de hoy, casi nos quedamos sin palabras. De él solemos escuchar casi siempre lo mismo, pero hoy disfrutaremos de una composición realmente grandiosa.
El compositor es George Frideric Handel (1685-1759), compositor inglés de nacimiento alemán en Halle. Su nombre de nacimiento era Georg Friedrich Händel, pero cambió el nombre cuando adquirió la nacionalidad británica (cosa que ocurrió en 1726). Christopher Hogwood ha escrito sobre él en The Guardian: «Lo que más me interesa es que nunca fue un empleado a sueldo. Incluso cuando vivía en casas de nobles patrones, era tratado como un invitado aristocrático. Trabajó con sus propias normas y no tenía miedo. Podía contar toda la historia del cristianismo en un único oratorio, podía describir en música (usando una única línea de cuerdas) el sol brillando. Aun así, su música nunca tiene una calidad de "mírame". Nunca hubo un sentido de torre de marfil con Handel. Se decía que era capaz de jurar en nueve idiomas».
Uno de sus grandes oratorios es Israel en Egipto, HWV 54. Parece ser que el libreto era Charles Jennens y usó fragmentos del Éxodo y de los Salmos. Se estrenó en Londres en 1739. La composición termina, como no puede ser menos, con el coro Sing ye to the Lord, con texto del libro del Éxodo. Es uno de los ejemplos de música típicamente handeliana, con ese brillo y esa rotundidad que ofrece el coro y la orquesta con las trompetas. El texto habla de cantar al Dios que triunfa en su gloria, cosa que Handel describe magistralmente.
La interpretación es de The Symphony of Harmony and Invention y The Sixteen dirigidos por Harry Christophers.