Valses poéticos

¡Feliz jueves! Estoy seguro de que la obra de hoy ha sonado por aquí antes (aunque hace mucho tiempo). Sin embargo, no me resisto a traerla otra vez porque es de una belleza especial. Ayer escuchábamos música para piano y hoy lo hare os también, pero con una estética bien distinta.

Viene hoy a visitarnos Enrique Granados (1867-1916), compositor español nacido en Lérida. Hay quien opina que Granados era mejor pianista que compositor; lo cierto es que hoy día es conocido gracias a las composiciones para piano que nos dejó. No todo el mundo sabe que llegó a componer hasta seis óperas, aunque solamente Goyescas es la que se ha impuesto con el paso del tiempo. Puede decirse que a partir de 1890 Granados empezó a forjarse de forma intensa una carrera doble como compositor y pianista, llegando a formar un trío con Mathieu Crickboom al violín y Pau Casals al chelo. A comienzos del siglo XX fundó la Sociedad de Conciertos Clásicos de Barcelona, que duró poco, pero le permitió crear luego la Academia Granados, en la que estuvo plenamente involucrado hasta su muerte.
Disfrutemos de sus famosos Valses poéticos. Se trata de una composición, cómo no, para piano, dividida en ocho partes y publicada entre 1886 y 1894. La Introducción es rápida y está compuesta a base de staccato, con octavas como transición. El primer vals tiene una bella melodía en la mayor, acompañada con acordes en arpegios. El segundo vals es noble y expresivo. El tercero está escrito en re menor y su melodía es lenta y reposada, con una parte contrastante. El cuarto vals es brillante y animado, mientras que el quinto es algo más moderado. El sexto es reflexivo y el séptimo vivo, requiriendo de una buena capacidad técnica. El octavo es una coda, con movimientos rápidos y un bello cromatismo que se transforma en el primr vals a modo de recapitulación.
La partitura de la composición puede descargarse aquí.
La interpretación es de Maite Aguirre al piano.