El 25 de marzo, toda la Iglesia en México se sumó a la Consagración a la Virgen María de Rusia y Ucrania Gobiernos no pueden hablar si con sus posturas ideológicas alimentan la desctrucción de las familias, denuncia la Arquidiócesis Primada de México

Si la búsqueda de la paz no contempla la protección de la familia, cualquier acción y diacurso será, simple y sencillamente, insuficiente, afirmó la Arquidiócesis Primada de México, en su editorial dominical. 

Y es que insistieron que el primer paso "se debe dar en las familias, erradicando toda violencia y vicios, promoviendo el respeto a la dignidad de cada ser humano y el papel humanizador que tiene esta institución". 

Debido al aumento del conflicto entre Rusia y Ucrania, guerra que el Papa Francisco ha calificado como “cruel e insensata”, así como la violencia en México que no se detiene, la Arquidiócesis dirigida por el Cardenal Carlos Aguiar Retes, reiteró que la paz es un don de Dios; es decir, no se obtiene automáticamente por decisiones políticas, sino que es uno de los frutos del Espíritu Santo que se alcanza por vivir cristianamente y unidos al Creador.

Por lo que explicaron que hay que entender que la consagración a la Virgen María que hizo el Papa Francisco de Rusia y Ucrania, “no fue un acto de magia, sino un acto espiritual para tocar a la puerta del Inmaculado Corazón de María y pedirle que, en este momento de tribulación, nos lleve a su Hijo, al Príncipe de la paz, para que devuelva a la humanidad este precioso don”, señalaron. 

La editorial comenta que durante la visita pastoral que está realizando el Cardenal Carlos Aguiar Retes y sus obispos auxiliares, por toda la Arquidiócesis de la Ciudad de México, han aprovechado sus diversos encuentros con los capitalinos, “para hacer conciencia de que el único contrapeso a los males que sufre la humanidad, entre ellos esta guerra, son los valores cristianos que se aprenden en el seno familiar, como el amor al prójimo, la caridad, el perdón y la esperanza”. 

Aunque afirmaron que el camino hacia la paz ha sido largo, reclamaron que este se acrecente “debido a que desde diferentes frentes se ha buscado minar los cimientos de esta institución natural”, pero reiteraron que “sería absurdo pensar que alguna otra entidad pudiera ofrecer los valores universales que se forjan en la familia”.

La Arquidiócesis que dirige el Cardenal Aguiar Retes lamentó que como humanidad no nos ha quedado claro que la paz no se genera con el derramamiento de sangre, sino en el corazón de los individuos. 

Y señaló que es tan evidente que no ha quedado claro, cuando los gobiernos siguen hablando de paz, “pero con sus acciones de impunidad, de corrupción y de posturas ideológicas alimentan la destrucción silenciosa de las familias y de sus miembros, cuyas consecuencias las sufrimos todos los días en la atroz violencia que lacera a la sociedad”. 

Finalmente reiteron las palabras del Papa Francisco durante el acto de consagración, donde afirmó que “Si queremos que el mundo cambie, primero debe cambiar nuestro corazón” y ante la pregunta de muchos feligreses sobre ¿por dónde empezar?, destacaron que  "la Iglesia Católica ha insistido, una y otra vez, en que el camino que lleva a la paz pasa por la familia" 

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