"No creo que hiciera las cosas de las que me acusaron", sostien el excardenal abusador McCarrick rompe su silencio y asegura que no ha abusado de nadie: "No soy tan malo como me pintan"

Theodore McCarrick
Theodore McCarrick

A pesar de todas las pruebas civiles y eclesiales en su contra, McCarrick sigue insistiendo en su inocencia. O al menos eso es lo que trasciende de su primera entrevista tras haberse ido al exilio

Aunque ya no es ni cura sigue viviendo en el monasterio como un fraile más, compartiendo vida y comida con los hermanos y participando de los sacramentos

Sobre Viganò: "No quiero decir que sea un mentiroso, pero creo que algunos de los obispos han dicho que no les estaba diciendo la verdad"

"No soy tan malo como me pintan... No creo que hiciera las cosas de las que me acusaron". El ex-cardenal abusador Theodore McCarrick ha roto su silencio tras más de un año de exilio en un monasterio de Kansas.

En el verano de 2018, el mito de McCarrick -el otrora todopoderoso arzobispo de Washington e omnipotente purpurado en Roma- se fue a pique. Un hombre anónimo le acusó de haberle tocado en los 70 cuando le medía para una sotana de monaguillo. Otra víctima, James Grein, dijo que McCarrick había abusado de él durante años, empezando en los 60.

En total se presentaron tres hombres que acusaron al eclesiástico de haberles agredido de niños. Más varios otros ex-seminaristas que denunciaron que 'el tío Ted' les invitaba a la cama de su casa de playa en Nueva Jersey.

El escándalo estaba servido. El Vaticano actuó rápidamente, y le apartó del ministerio público. Circulaban rumores de que algunos jerarcas se habían enterado de los abusos de McCarrick hace décadas. Surgieron pruebas de que la Iglesia había compensado de forma extrajudicial a algunas de sus víctimas.

Para colmo, círculos eclesiásticos ultraconservadores vio el escándalo de McCarrick como oportunidad para atacar al Papa Francisco. Fortalecidos por el 'dossier' del ex-nuncio en EEUU, Carlo Maria Viganò, acusaron a Bergoglio de haberle quitado restricciones 'secretas' a McCarrick que fueron impuestas por Benedicto XVI.

Pero Francisco se mantuvo firme. Primero le sentenció "a una vida de oración y penitencia en reclusión" y le aceptó la renuncia como cardenal. Luego, tras el pertinente proceso vaticano, el Papa le apartó definitivamente del sacerdocio.

Theodore McCarrick  fue expulsado en febrero pasado de la Iglesia Católica
Theodore McCarrick fue expulsado en febrero pasado de la Iglesia Católica

"Fui sacerdote durante 60 años..."

Pero resulta de que a pesar de todas las pruebas civiles y eclesiales en su contra, McCarrick sigue insistiendo en su inocencia. O al menos eso es lo que trasciende de su primera entrevista tras haberse ido al exilio.

Hablando con Slate, el pedófilo y pederasta ha insistido que no es tan mala persona como algunos han hecho creer.

Sobre las acusaciones de Grein, en concreto -de que le abusó en el confesionario- el ex-cardenal explicó:

"Lo de la confesión, es algo horrible. Fui sacerdote durante 60 años, y nunca hubiera hecho algo así ... Es horrible tomar el sacramento sagrado y convertirlo en algo pecaminoso".

En cuanto a las denuncias de los seminaristas -y preguntado por qué tanta gente se inventaría acusaciones así si no fueron la verdad- añadió: "Creo que fueron alentados" a denunciarlo.

"Hubo muchos que estaban en esa situación que nunca tuvieron problemas como ese", se defendió.

Y respecto a las acusaciones de Viganò, por último, McCarrick dijo que creía que el exnuncio "estaba hablando como representante de la extrema derecha".

"No quiero decir que sea un mentiroso, pero creo que algunos de los obispos han dicho que no les estaba diciendo la verdad", agregó.

Aunque en un primer momento McCarrick tenía esperanza de que pudiera volver a Nueva York, donde nació, esos sueños parecen haberse disipado un año después de las revelaciones.

"No sé cuántos años hay en mi calendario. Uno hace todo lo posible para aceptar dónde está", reflexionó.

Mientras tanto, y aunque ya no es ni cura sigue viviendo en el monasterio como un fraile más, compartiendo vida y comida con los hermanos y participando de los sacramentos.

Incluso intenta ayudar a la poca gente que dice que le escribe. Normalmente, reveló, pidiendo un apoyo económico.

"La gran mayoría del correo que recibo está buscando ayuda. No tengo mucho dinero, pero trato de ser útil. Es lo que se supone que debes hacer", afirmó.

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