Mediante un comunicado, el presidente de la CEM, Mons. Rogelio Cabrera López y su secretario general, Mons. Ramón Castro Castro, se sumaron al clamor del Papa Francisco ante los últimos acontecimientos, que señalaron, “han roto el frágil equilibrio de la paz en el mundo con la agresión bélica que sufre el pueblo de Ucrania por parte de las operaciones militares rusas”.
Recordaron que Dios, “es Dios de la paz, no de la guerra; que es Padre de todos, no solo de algunos, que nos quiere hermanos y no enemigos”, y que estas palabras deben ser una realidad en todo el mundo y con mayor urgencia donde ha brotado el conflicto y la violencia.
El Episcopado Mexicano alzo la voz como lo ha hecho la diplomacia vaticana y aseguraron que, “aún hay tiempo para la buena voluntad, aún hay espacio para la negociación, aún hay lugar para el ejercicio de una sabiduría... que evite al mundo la locura y los horrores de la guerra”.
Por lo que invitaron a todas las comunidades cristianas para sumarse a la iniciativa del Papa Francisco y el próximo 2 de marzo, en el Miércoles de Ceniza unirse en oración y ayuno, “pidiendo al Príncipe de la Paz, nuestro Señor Jesucristo, por el cese de las hostilidades en Ucrania”.
Además anunciaron que al término de la celebración eucarística del domingo 27 de febrero, se dará la bendición solemne con el Santísimo Sacramento del altar.
Los obispos mexicanos confiaron en la intercesión de Santa María de Guadalupe para que en México y en el mundo prevalezca siempre la paz.
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