"La reconciliación pasa por desarmar corazones e ideologías" Francisco de Roux: "En América Latina está creciendo el 'ateísmo de la decepción completa' a causa de la desigualdad”
El sacerdote Jesuita Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad en Colombia, ha participado en la primera reunión de Diálogo sobre plataforma-red de Derechos Humanos, Paz y Democracia
Ha advertido de la decepción de los fieles: "si no estamos en la lucha para que la mesa sea para todo, por favor no hablemos del Dios de Nuestro Señor Jesucristo”
También ha hablado sobre las crecientes polarizaciones en el continente causadas por un trauma social naturalizado y aprovechado por políticos oportunistas que "cogen ese dolor" para usarlo como arma arrojadiza en su lucha por el poder
En todo este contexto es cuando toma "todo sentido la llamada a la Reconciliación", la cual está muy fuerte en la propuesta renovadora del Celam y clave en la actual coyuntura de los países de América Latina
También ha hablado sobre las crecientes polarizaciones en el continente causadas por un trauma social naturalizado y aprovechado por políticos oportunistas que "cogen ese dolor" para usarlo como arma arrojadiza en su lucha por el poder
En todo este contexto es cuando toma "todo sentido la llamada a la Reconciliación", la cual está muy fuerte en la propuesta renovadora del Celam y clave en la actual coyuntura de los países de América Latina
| Ángel Morillo Cáritas Latinoamericana, Celam
El sacerdote Jesuita Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad en Colombia, ha participado en la primera reunión de Diálogo sobre plataforma-red de Derechos Humanos, Paz y Democracia, convocada por el Centro de programas y redes de acción pastoral (CEPRAP) del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y Cáritas América Latina y el Caribe.
“Quiero decirles que en América Latina está creciendo el ateísmo, no militante, pero sí el ateísmo de una decepción completa de nuestra religión por causa de la desigualdad profunda: 4 de cada diez latinoamericanos, hoy, está excluidos de la mesa”, advirtió el sacerdote.
De tal forma que “si no estamos en la lucha para que la mesa sea para todos, para que podamos rezar el Padre Nuestro, danos hoy a todos y todo nuestro pan de cada día, si el pueblo no nos ve en esta causa, por favor no hablemos del Dios de Nuestro Señor Jesucristo”.
Puesto que “nadie va a entender de qué estamos hablando. No lo hagamos, porque confundimos a la gente. Si no estamos al lado de los pobres, de los excluidos, de los negros, de lo indígenas, de las mujeres del pueblo, mejor hacer silencio”.
Además en América Latina “tenemos muy buenos ejemplos de catequistas, sacerdotes, obispos y arzobispos que han entregado la vida para que todos estemos participando en la misma mesa. Ellos han sido nuestros grandes testigos de la fe”.
Políticos oportunistas
El padre de Roux también ha hablado sobre las crecientes polarizaciones en el continente: “Lo está viviendo México, Centroamérica en muchos momentos; lo está viviendo Venezuela y El Brasil; lo ha tenido Colombia de una manera brutal y difícil, con 9 millones de muertos en el conflicto armado, que de diversas maneras continúa en el asesinato de líderes sociales”.
Por tanto “en casi todos nuestros países tenemos un trauma social naturalizado; que nace porque la violencia creció por todas partes en los barrios marginados de las grandes ciudades, en el desplazamiento de los campesinos, en el accionar de las mafias, en las extorsiones, en la corrupción, en el mercado del narcotráfico”.
El jesuita ha explicado que “el trauma aparece cuando llegan políticos oportunistas que cogen ese dolor que hay en la gente, echan la culpa de todo sus adversario en la lucha por el poder”.
“¡Por culpa de esos, es que ha habido tanta violencia y este país está como está y con ellos no podemos avanzar!”; niegan la posibilidad de construir un nosotros colectivo en América Latina, porque ¡hay unos culpables que hay que excluir, que hay que acabar!”, lamentó.
Llamado a reconciliarnos
En todo este contexto es cuando toma “todo sentido la llamada a la Reconciliación”, la cual está muy fuerte en la propuesta renovadora del Celam y clave en la actual coyuntura de los países de América Latina.
“Es la necesidad de escucharnos, de acogernos a todos como seres humanos, de comprender a las víctimas, pero también, comprender que los victimarios son seres humanos y que tenemos que comprender el drama y el trauma social en el que estamos metidos”, apostilló.
Por eso ha insistido en la necesidad de la reconciliación: “No olvidemos nunca que Jesús nos invita en el Evangelio a suspender el culto. Esto es algo muy profundo: si tus hermanos están sin reconciliarse, si lo que vives es una situación de animadversiones y de odios por todas las cosas que nos han pasado, suspende el culto y ve primero a que tus hermanos se reconcilien”.
Todo ello pasa por desarmar corazones e ideologías, de hecho erradicar esa concepción de guerra justa que “tanto daño en el catolicismo y que no tiene ningún sentido; y luchemos por la paz justa, que es justamente el camino en el que, en este momento, ustedes avanzan en el Celam”.