XVI Jueves de RD: ¿Cuáles son los sueños de la Iglesia latinoamericana? "Una Iglesia que no se convierte ni se reforma es una Iglesia ya muerta"
Varias decenas de miles de internautas siguieron el XVI Jueves de RD sobre la 'Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe', organizado por Religión Digital y el Banco Sabadell, con el apoyo técnico de Católicos en Red y la cobertura compartida con las redes de REPAM y CELAM
Mauricio López: “Esta asamblea solo tiene sentido con la participación del pueblo de Dios, que es infalible cuando cree, esa es la convicción del Papa”
Liliana Franco: "No permitir que el miedo, o el peso de lo institucional, acorrale al espíritu, y ser ‘nosotras’ dentro del ‘Nosotros’, sacramento de comunión"
David Jasso: "Sueño con una Iglesia en la que nadie se quede fuera, donde no descartemos a nadie”
Luis Miguel Modino: “Sueño con continuar construyendo redes, escuchando y sobre todo haciendo realidad esa Iglesia sinodal que tanto necesitamos tanto en América Latina como en el mundo”
Miguel Cabrejos: “Caminemos eclesialmente, ciertamente, en sinodalidad, con una Iglesia en salida"
Liliana Franco: "No permitir que el miedo, o el peso de lo institucional, acorrale al espíritu, y ser ‘nosotras’ dentro del ‘Nosotros’, sacramento de comunión"
David Jasso: "Sueño con una Iglesia en la que nadie se quede fuera, donde no descartemos a nadie”
Luis Miguel Modino: “Sueño con continuar construyendo redes, escuchando y sobre todo haciendo realidad esa Iglesia sinodal que tanto necesitamos tanto en América Latina como en el mundo”
Miguel Cabrejos: “Caminemos eclesialmente, ciertamente, en sinodalidad, con una Iglesia en salida"
Luis Miguel Modino: “Sueño con continuar construyendo redes, escuchando y sobre todo haciendo realidad esa Iglesia sinodal que tanto necesitamos tanto en América Latina como en el mundo”
Miguel Cabrejos: “Caminemos eclesialmente, ciertamente, en sinodalidad, con una Iglesia en salida"
La Iglesia latinoamericana sueña. Con Aparecida, con Guadalupe, junto al Papa Francisco. Una Iglesia que siempre esté en reforma, en camino, como “principio clave y fundamental”, porque “una Iglesia que no se convierte ni se reforma es una Iglesia ya muerta”. El diagnóstico de Miguel Cabrejos, presidente del CELAM, sirvió como eje para el XVI Jueves de RD, que profundizó en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, recientemente presentada, y que supone un paso adelante dentro del camino sin retorno hacia la sinodalidad y la plena participación del “santo pueblo de Dios” en la construcción de la Iglesia y del Reino.
Varias decenas de miles de internautas siguieron el webinar, organizado por Religión Digital y el Banco Sabadell, con el apoyo técnico de Católicos en Red y la cobertura compartida con las redes de REPAM y CELAM. Moderados por nuestro corresponsal en Brasil, Luis Miguel Modino, el propio Cabrejos, junto a Gloria Liliana Franco Echeverri, ODN, presidenta de la CLAR; David Jasso, Secretario General Ajunto del CELAM; y Mauricio López, Secretario Ejecutivo interino de la Conferencia Eclesial de la Amazonía debatieron acerca de los retos de la Iglesia en Latinoamérica y Caribe, tan presentes también en la Iglesia universal que ha estrechado sus brazos durante el Pontificado el primer Papa latino de la historia.
Sinodalidad del santo pueblo de Dios
“El Santo Pueblo de Dios, cada bautizado está convocado a ser protagonista en la misión”, resaltó Cabrejos, quien abogó por seguir los pasos marcados desde Aparecida y continuados por Evangelii Gaudium. “Una teología de la sinodalidad, que abre nuevos caminos que los fieles recorren”, es el objetivo de esta Asamblea, “inédita, que no es una asamblea episcopal, sino de todo el pueblo santo de Dios”.
David Jasso, uno de los responsables de que los primeros pasos de esta estructura sinodal hayan llegado a buen puerto, recordó cómo la comisión preparatoria “no dejó de reunirse durante la pandemia”, tratando de descifrar, y comenzar a responder, los “desafíos” en un camino que, en principio, ha de llegar hasta 2031-33.
“Estamos embarcados en un camino de escucha, dentro de un proceso de sinodalidad”, planteó Mauricio López, que destacó el apoyo total de Francisco. “El Papa plantea el proceso sinodal como un todo que comienza y termina en el Pueblo de Dios”. “Esto es fundamental, entender esto y ponerse en diálogo, aunque no todo sea perfecto, iluminando las estructuras por desborde”.
“Esta asamblea solo tiene sentido con la participación del pueblo de Dios, que es infalible cuando cree, esa es la convicción del Papa”, resaltó el secretario Ejecutivo de la Conferencia Eclesial de la Amazonía.
Iglesia discípula, misionera y hermana
La presidenta de CLAR, Liliana Franco, por su parte, destacó cómo la vida religiosa “está dando la vida en el día a día”, invitando a tres cosas: “Hacer memoria, participar, y proponer nuevos modos de relación, de misión y de compromiso eclesial”.
“Nos toca permear este proceso de los clamores del territorio, traer el eco de la realidad de la gente. Recordar con el testimonio esa llamada a ser discípulos y misioneros, hoy, tiene que ser una llamada a ser discípulos hermanos y misioneros”, destacó la religiosa, quien abogó por “modos más respetuosos de reconocer esa dignidad común que todos tenemos por el bautismo. Unos modos más circulares, más inclusivos, más evangélicos”, porque “la Iglesia está llamada a ser discípula y misionera, pero fundamentalmente a ser hermana”.
Y, para ello, y lo dice la jerarquía, “tenemos que asumir al laicado, involucrarlo. Y a veces no queremos hacerlo”. Para Cabrejos, “la responsabilidad del laico no se debe justificar como participación, pues eso haría del laico un servidor del obispo. Se debe interpretar como una colaboración eclesial. Ésa es la clave: corresponsabilidad y protagonismo de todos, y todas”.
Construir el 'Nosotras' para hacer el 'Nosotros'
Nosotros, y nosotras, porque este camino es indisociable del imprescindible trabajo por el reconocimiento de la plena igualdad de hombres y mujeres en la Iglesia. “Se están dando pequeños símbolos, como el reconocimiento del acolitado y el lectorado, o el nombramiento de Nathalie, que será la primera mujer en votar en un Sínodo”, destacó Liliana Franco.
“Son signos elocuentes, son semillas que dicen que viene algo más significativo”. ¿El qué? “Yo siento que las mujeres estamos llamadas a escuchar, a discernir, y también a decidir, en esa dinámica de corresponsabilidad y complementariedad”. Es un proceso para poder generar “ese ‘nosotros’ eclesial, sin permitir que el miedo, o el peso de lo institucional, acorrale al espíritu, y ser ‘nosotras’ dentro del ‘Nosotros’, sacramento de comunión”.
“Este proceso nos emociona”, afirma David Jasso, que está logrando concienciar a las iglesias locales y a los pueblos originarios en este trabajo. “Hay un deseo de que todos seamos discípulos misioneros en salida”.
Para Mauricio, “lo fundamental de este proceso está siendo dar cauce concreto a las intuiciones del Espíritu Santo, como hizo Jesús, para que lo considerado periférico se convierta en piedra angular”. “El proceso ya estaba: la comunión es lo que nos hace ser Iglesia, pero faltaban los cauces, y hay que dar cauce al espíritu, aunque a algunos no les termine de cuadrar”.
Sueños proféticos, que se hacen realidad
Terminamos como empezamos: abogando por los sueños. Los del Papa, “que son sueños proféticos, que se hacen realidad”, subrayó Cabrejos. Sueños de madurez política, de acceso universal a la salud, de compromiso educativo, del fin de la corrupción, sueños ecológicos…
Y los de los protagonistas. Para David Jasso, el “sueño de una Iglesia en la que nadie se quede fuera, donde no descartemos a nadie”. El de Gloria: “una Iglesia encarnada, plena de humanidad, en la que nos reconozcamos hermanos”.
El de Mauricio: “En este kairós, tiempo de Dios, conversión, comunión, concreción”. Y el del propio Modino: “Sueño con continuar construyendo redes, escuchando y sobre todo haciendo realidad esa Iglesia sinodal que tanto necesitamos tanto en América Latina como en el mundo”.
“Caminemos eclesialmente, ciertamente, en sinodalidad, con una Iglesia en salida. No estancada ni retenida. Ése es mi sueño”, concluyó monseñor Cabrejos. Y el nuestro: seguir tendiendo puentes y ejerciendo nuestra voz por una Iglesia que, pese a todo, sigue creyendo en la primavera.
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