Aprueban un sistema externo de denuncias sin especificar cómo colaborarán con la policía Los obispos USA seguirán investigándose a sí mismos con su nuevo "teléfono rojo" contra los prelados negligentes
Prometen un organismo independiente que gestionará las quejas contra obispos abusadores o encubridores, pero por el momento no determinan si informarán a las autoridades civiles ni si los laicos estarán involucrados en las investigaciones
Las víctimas desconfían de la nueva medida: "No pensamos que sean capaces de vigilarse a sí mismos", alertan
Reunidos en su asamblea en Baltimore, los prelados estadounidenses han votado para establecer un "teléfono rojo" confidencial, nacional e independiente para recibir denuncias de abusos o de negligencia contra obispos. El plan, sin embargo, sufre de importantes carencias, según han denunciado los supervivientes: no está del todo claro en manos de quién acabarán las denuncias, cómo se responderá a ellas, si se informará de ellas a las autoridades civiles, si se involucrará a los laicos en la investigación de sus obispos ni cómo se atenderá a las víctimas.
Este "teléfono rojo", que también estará disponible en internet, fue aprobado el miércoles como un primer paso hacia el cumplimiento de las nuevas medidas anti-pederastia dispuestas por el Papa Francisco el mes pasado en su Carta Apostólica Vos estis lux mundi. Un sistema completo de denuncias contra obispos abusadores y negligentes será votado por los prelados en noviembre, pero ya se prevé que el "teléfono rojo" estará operativo dentro de un año, con un coste inicial de 30.000 dólares, y costes anuales después de 50.000 dólares.
El plan de los obispos estadounidenses es que los operadores del teléfono rojo reciban las denuncias contra los obispos y que luego las trasladen al arzobispo metropolitano correspondiente, quien, según Vos estis lux mundi, es el responsable de investigaciones de los prelados sufragáneos. En caso de que se reciba una denuncia contra un metropolitano, son los sufragáneos de más alto rango quienes iniciarán la investigación. Pero esta falta de rendición de cuentas ha suscitado la ira de los supervivientes de abusos. También, a los defensores de víctimas como Marci Hamilton, profesora de la Universidad de Pensilvania y conocida experta en la protección de los menores, quien ha recordado a la AP que "en los Estados Unidos, solo hay un 'sistema externo de denuncias' apropiado: el de la ley".
Las víctimas: "Hay un conflicto cuando es una investigación interna"
Y es que ha sido precisamente por esta falta de transparencia en la investigación de abusos que un grupo de manifestantes ha estado protestando estos días la asamblea de los obispos norteamericanos, según los publicado por el CNS. Gente como la víctima Becky Ianni, director en Washington de la Red de Supervivientes de los Abusos de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), quien denunció que "no pensamos que los obispos sean capaces de vigilarse a sí mismos".
Ianni no solo pide que la Iglesia traslade las denuncias contra abusadores y obispos negligentes a la policía. También busca que todas las diócesis de EEUU publiquen listas de los clérigos, empleados, religiosos y religiosas que han sido acusados "verosímilmente" de agresiones sexuales -algo que solo ha hecho medio centenar de las jurisdicciones eclesiásticas del país- y también que la Iglesia deje de gastar millones de dólares en sus campañas de presión a los legisladores para que no extiendan los plazos de prescripción de semejantes crímenes.
Según Ianni, las diócesis deben entregar todos sus "expedientes y archivos secretos" en lo que se refiere a la pederastia al fiscal general de su estado, "porque hay un conflicto cuando es una investigación interna".
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