Profesa la fe en la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Domingo de la Santísima Trinidad
¡Gloria la Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo!
Domingo de la Santísima Trinidad
Texto evangélico
“Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios” (Jn 3, 16-18).
Comentario
Como colofón del Tiempo Pascual, una vez que hemos celebrado Pentecostés, la Iglesia rinde homenaje al Misterio de Dios Trinidad.“¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo!”
“Cuenta la historia que un día san Agustín se encontraba paseando a la orilla del mar meditando sobre el misterio de la Trinidad cuando vioaun niñollenando un hoyo en la arena con el agua del mar. San Agustín le preguntó por qué lo hacía, a lo que el niño respondió que intentaba vaciar toda el agua del mar en el agujero. El santo dijo al niño que aquello era imposible, a lo que ésterespondió que más imposible aún era comprender el misterio de la Santísima Trinidad.” Y sin embargo, estamos hechos a imagen de Dios.
¡Somos hijos de Dios, hermanos de su Hijo Jesús, templos del Espíritu Santo! Nuestras dimensiones esenciales son la trascendente, la social, y la interior. Si tuviéramos consciencia de lo que somos para Dios, tendríamos la mayor razón de autoestima.
El ángel les enseñó a rezar a los pastorcitos de Fátima: “Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra. Santísima Trinidad, te adoro, Dios mío, te amo en el Santísimo Sacramento.”
El Dios invisible se nos ha revelado en su Hijo, quien nos ha demostrado hasta dónde llega su amor, entregándonos su Espíritu. Es un día para amar a Dios y para agradecerle su misericordia. En la Iglesia, los contemplativos, por los que hoy rezamos especialmente, son generadores de esperanza.
Propuesta
Profesa la fe en la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.