El “Corpus” de los inmigrantes y refugiados
En la ciudad de Alzira (Valencia), el amigo Enrique Masiá, párroco de Santa Catalina, ha pensado que la la fiesta del “Cuerpo” de Jesucristo -este año de la Misericordia- debía tener una connotación particular. Un estandarte con una foto de la Custodia y tres fotos juntas de inmigrantes y refugiados, preside las celebraciones. Para este sacerdote, la fiesta del “Corpus” responde a la pregunta: ¿Para que sirve la procesión del “Corpus”? Dice textualmente: “Sirve para que entendamos que Jesucristo es la luz de nuestra vida, para que nos alimentemos del mismo Cristo, para que tengamos la fuerza de Cristo y podamos actuar como cristianos…”. Les recuerda a sus feligreses que el lavado de los pies de Jesucristo en la última Cena: “no es un rito espiritualista, sino concreto. Aquí, el que no lave los pies, el que no sirva a los pobres, no puede celebrar este rito”. Y, comentando el evangelio del día, la multiplicación de los panes y los peces, nos cuenta que ante el problema que surge de la multitud hambrienta, se plantean varias alternativas. Los discípulos proponen la suya: “lo mejor sería que los mandáramos y cada uno se solucione el problema, se busque de comer, coma y duerma. Jesús dice no: ¡dadle vosotros de comer!”. Esa es nuestra tendencia natural muchas veces, nos recuerda Enrique: “nosotros cuando tenemos un problema intentamos evitarlo: cada uno que se lo resuelva”. Y añade: “Ese dadle vosotros de comer nos interpela. Los que seguimos a Cristo, tenemos que dar de comer a los pobres, porque podemos hacerlo. Aquellos no podían, porque sólo tenían cinco panes y dos peces”.
El cartel del Corpus expresa lo que significa la fiesta. Una presentación: “muy potente, muy grande… la Eucaristía, la Custodia, en forma de sol, la luz de nuestra vida, pero delante unas fotos de los refugiados, que vienen a Europa. Ante ésto, nosotros actuamos como los discípulos…¡que no vengan, que alguien les de de comer!”. Y recuerda: “El Papa Francisco lo ha dicho: Éste es un problema nuestro también”. Para nuestro párroco: “no podemos ser de verdad de Cristo Eucaristía si delante de esta situación tan evidente no lo vemos, si no queremos ayudar, si no queremos acoger…” Nos cuenta, Enrique: “la procesión del “Corpus” es al mediodía, cuando el sol está más alto. Es todo un signo. Uno va a la procesión, porque sabe que este sol ilumina su vida, y eso significa que me tengo que comprometer con los pobres…,que comiendo el cuerpo de Cristo seamos otros Cristos,…para poder escuchar y hacer ese ¡dadle vosotros de comer! Porque si no es así, la Eucaristía se convierte en un rito vacío…” Finalmente: “La eucaristía es un rito nuevo de relación con Dios y de compromiso. Quien va a la Eucaristía se compromete a vivir con Cristo y como Cristo, para eso nos alimenta, para que se note en nuestra vida, que tenemos dentro la fuerza de Cristo”. No podemos vivir la Eucaristía y pasar por encima de los pobres y que se nos vuelvan invisibles. Y éstos, ahora, entre otros, se llaman inmigrantes y refugiados. Otro visión del “Corpus”, más encarnada en la realidad.
Como este párroco, que huele a oveja, muchos otros a lo largo de nuestro mundo intentan acercar esa palabra de Dios al pueblo desde lo concreto y real, para hacer comprensible su mensaje e invitar a una vida cristiana más fecunda y significativa.