No somos “un trozo de mundo rociado de ceremonias”; somos tu “carne para la vida del mundo”, tu corazón que cura, realiza, reconcilia, alegra… Reflexión dominical: “Daos cuenta de lo que el Señor quiere” (Domingo 20º TO B 2ª lect. 18.08.2024)

Catequesis sobre la conducta digna cristiana

Comentario:daos cuenta de lo que el Señor quiere” (Ef 5,15-20)

En primer lugar, se nos pide la atención cuidadosa a la propia conducta: “Fijaos bien cómo andáis; no seáis insensatos, sino sensatos, aprovechando la ocasión, porque vienen días malos” (vv. 15-16). El original griego (blépete akribôs) significa “mirad con precisión, cuidado, claridad”. Opone “insensatos” (ásofoi: necios) a “inteligentes” (sofoí: sabios). El sabio “aprovecha la ocasión, porque vienen días malos”. Se piensa la historia como coyunturas de sucesos, dominadas por fuerzas diversas. Entre ellas actúa el Espíritu de Dios, impulsando la realización humana auténtica. “Exagoradsómenoi” es el participio de “exagorádsein” que significa: sacar de la plaza pública, sacar del mercado, apropiarse de una oferta, libertar, hacer buen uso de... Hay que “aprovechar las ocasiones” donde el amor es más necesario: enfermos, pobres, niños, mujeres, publicanos, marginados… “La ocasión” ((kairós) es tiempo y coyuntura oportunos. Con cautela lógica: “porque vienen días malos”. Recuerda la prudencia evangélica: “Mirad que yo os envío como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas” (Mt 10,16).

No estéis aturdidos, daos cuenta de lo que el Señor quiere (v. 17). “Aturdidos” traduce “áfrones” (a - fren): sin mente, sin corazón, sin la membrana que envuelve las vísceras. En positivo: “llegar a ser, estar, actuar” con criterio. Para el cristiano el criterio viene de la “mente” del Señor. Mente guiada por el Amor: “por encima de todo esto, el amor, que es el vínculo de la unidad perfecta” (Col 3,14). Sin su mente, corazón, Espíritu, no percibimos su voluntad. Por eso, insta literalmente: “discernid cuál es la voluntad del Señor”. El verbo “siníete” invita al discernimiento en comunidad: “enviar conjuntamente, confrontarse, entenderse, concertarse”.

Hay que mirar la vida y el Evangelio. “El Pueblo de Dios, movido por la fe, que le impulsa a creer que quien lo conduce es el Espíritu del Señor, que llena el universo, procura discernir en los acontecimientos, exigencias y deseos, de los cuales participa juntamente con sus contemporáneos, los signos verdaderos de la presencia o de los planes de Dios. La fe todo lo ilumina con nueva luz y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre. Por ello orienta la menta hacia soluciones plenamente humanas” (GS 11). “Acontecimientos, exigencias y deseos” mirados con los ojos de Jesús. Él es nuestra “sabiduría”: “nosotros predicamos a Cristo crucificado…, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios… A él se debe que vosotros estéis en Cristo Jesús, el cual se ha hecho para nosotros sabiduría de parte de Dios, justicia, santificación y redención” (1Cor 1,23ss). La vida en este Amor nos hace “justos (agradables a Dios), santos (partícipes de la divinidad) y redimidos” (salvados de todo mal, realizados en el bien…).

La tercera exhortación: “no os emborrachéis con vino, que lleva al libertinaje, sino dejaos llenar del Espíritu” (v. 18). Libertinaje” traduce “asotía” (sustantivo de a-sodso: no salvarse, no realizarse, ahogarse). En la ebriedad “está la no-salvación”. “Estar ebrio” (ahogado en egoísmo) fue un abuso que se dio entre los corintios a la hora de la “cena del Señor”, e impide celebrarla (1Cor 11, 20-21). “Llenarse en el Espíritu” es estar inmerso en el Espíritu de Dios, cuyo don principal es el Amor.

Concretan la última exhortación cuatro participios traducidos como imperativos: “Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y tocad con toda el alma para el Señor. Dad siempre gracias a Dios Padre por todo, en nombre de nuestro Señor Jesucristo” (vv. 19-20). Son acciones generadas por el Espíritu. Quienes se sienten amados gratuitamente: dialogan, cantan, tocan, viven agradecidos.

Oración:daos cuenta de lo que el Señor quiere” (Ef 5,15-20) 

Jesús hermano, compañero del camino de la vida:

escuchamos hoy unas orientaciones a los cristianos de Éfeso;

advertencias que concuerdan con tu evangelio;

orientaciones válidas siempre para realizarnos.

Fijaos bien cómo andáis”, se nos dice en primer lugar:

es la re-visión de vida con tus ojos, con tu Espíritu;

no seáis insensatos, sino sensatos,

aprovechando la ocasión,

porque vienen días malos”.

La ocasión” es tiempo y coyuntura oportunos:

con cautela lógica: “porque vienen días malos”;

es la prudencia recomendada por ti:

Mirad que os envío como ovejas entre lobos;

por eso, sed sagaces como serpientes

y sencillos como palomas” (Mt 10,16).

No estéis aturdidos”, nos dice la carta:

significado original: no estéis sin mente, sin criterio…;

pues, “nosotros tenemos la mente de Cristo” (1Cor 2,16);

tu “mente”, siempre guiada por el Amor

“que es el vínculo de la unidad perfecta” (Col 3,14).

Daos cuenta de lo que el Señor quiere:

con tu mente y corazón, Jesús de todos,

            “discernimos cuál es tu voluntad”;

en los “acontecimientos, exigencias y deseos”,

            descubrimos tu camino;

tú, Jesús crucificado, “eres fuerza de Dios y sabiduría de Dios”;

tú “te has hecho para nosotros sabiduría de parte de Dios,

justicia, santificación y redención” (1Cor 1,23ss);

tú nos hace “justos”: agradables a Dios;

santos”: partícipes de tu Espíritu divino;

 “redimidos”: salvados de todo mal, realizados en el bien…

Insiste la carta a los Efesios:

no os emborrachéis con vino, que lleva al libertinaje,

sino dejaos llenar del Espíritu” (v. 18);

como tu evangelio: “tened cuidado de vosotros,

no sea que se emboten vuestros corazones

con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida…;

estad despiertos en todo tiempo…;

manteneros en pie ante el Hijo del hombre” (Lc 21,34ss)

Juergas, borracheras, inquietudes de la vida…

llevan al libertinaje”, a ahogarse en el egoísmo:

como les pasó a los corintios en la “cena del Señor”,

y les impidió celebrarla adecuadamente (1Cor 11, 20-21).

Nuestra vida pasa por “llenarnos de tu Espíritu”:

cuyo don principal es el Amor;

aprovechando la ocasión”, tiempo y coyuntura oportunos,

donde el amor es más necesario:

enfermos, pobres, niños, mujeres, publicanos, marginados…;

dejándonos llevar por el Espíritu de Dios, como hijos suyos” (Rm 8,14).

Tu Espíritu nos hace vivir en acción de gracias:

Él nos hace sentirnos amados gratuitamente por el Dios-Amor;

por ello “recitamos entre nosotros salmos, himnos y cánticos inspirados;

cantamos y tocamos con toda el alma para el Señor;

damos siempre gracias a Dios Padre por todo,

en tu nombre, Jesucristo, Señor nuestro” (vv. 19-20).

Pero no somos “un trozo de mundo rociado de ceremonias”:

somos tu “carne para la vida del mundo” (Jn 6,51),

tu corazón que cura, realiza, reconcilia, alegra…

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