Propiedad municipal desde el siglo XVI El Ayuntamiento restaura la casa natal de san Vicente Ferrer
La compró al Gremio de Boneteros, al entrar en ruína total y la confió al cuidado de los Dominicos
“Es cosa justa y rahonable que la ciutat tinga perpetuament en son poder una joya tan excellent com es la Casa en que naixque lo glorios Sanct”. Ese fue el argumento con que el Consell de la Ciutat adquirió la casa del santo, que mantiene y restaura el Ayuntamiento, en este caso con gobierno de izquierda.
“Per quant lo Offici el de Barreters de la present ciutat es vengut a gran ruhina, y diminutio, y per dit raho, y per no poder sostener la carrega dels censals que respon, ha delliverat vendre la casa hon naixque lo glorios sanct Vicent Ferrer situada en la present ciutat en lo carrer de la mar la qual ha molt anys que lo dit Offici poseheix, y en la qual hi ha un gentil Retaule, orguens, campanes i ornaments per al Ofici Divinal”, se explicaba en la sesión del Consell General de la Ciutat en agosto de 1573 informando sobre las intenciones del Gremio de Boneteros o Sombrereros de vender su sede gremial “junctament una botiga de tenir forments, y dos cases contigues a la sobre dita casa”.
El gremio dio cuenta al Justicia, racional e Sindichs de su intención de vender tales bienes para resolver su crítica situación financiera, del hundimiento y venida a menos del negocio sombrerero, por si les pudiera interesar alguno de ellos, antes de tratar su venta con otros Gremios o personas. Lo hacían teniendo en cuenta muy especialmente que en el inventario se encontraba la “Sancta Casa”. Por el conjunto de propiedades pedían “Quaranta milia sous Reals de Valencia”.
El asunto fue deliberado y se aprobó su compra “considerat que lo dit benaventurat sanct Vicent Ferrer es Patro de la present ciutat, y nat en aquella, y que a la Majestat Divina per medi e intercessio del dit glorios Sanct ha fet y de cascun fa moltes mercés a la dita ciutat… y es cosa justa y rahonable que la dita ciutat tinga perpetuament en son poder una joya tan excellent com es la dita Casa en que naixque lo dit glorios Sanct perque desta manera será tenguda en major veneracio… tenir la dita Casa en son nom y escusar que no vinga en poder de algunes persones particulars les quals no la tendrien en la veneracio que la ciutat la tindra y podría ser que ab lo temps se vingues a esfer, y es perdes lo nom, y devocio daquella.” En el mismo acto, el Consell confío al “Prior e frares del monestir de Prehicadors” la gobernanza de la Casa, con plenos poderes.
Consta en el Archivo Histórico Municipal que en el mes de septiembre del mismo año se entregó al Gremio de Boneteros la cantidad de “Cinquanta lliures Reals de Valencia en dit nom degudes per lo preu de la Casa hon naixque el benaventurat sanct Vicente Ferrer, y dels altres bens contenguts en lo acte de venda”.
Ello explica que el Ayuntamiento de Valencia, propietario de la Casa Natalicia de san Vicente Ferrer, en la calle del Mar, haya restaurado de nuevo el inmueble. Con el recuerdo, lo interesante y conveniente de repasar nuestra historia propia conservada en documentos redactados hace siglos en Lengua Valenciana, que debieran servir de banco de palabras propias, genuinas, autóctonas para revitalizarla en la actualidad, sin necesidad de recurrir a la tortícolis de préstamos lingüísticos norteños que degradan, desmerecen y suplantan nuestros tradicionales hablares de siempre.
Barrets i Barreters
La muestra lingüística que hemos citado consta en un Manual de Consells de la Ciutat del siglo XVI, el de la fecha, de cuando consta documentalmente la existencia de palabras como Barret y barreters, que sería bueno y ortodoxo recuperar para el vocabulario y los diccionarios del futuro si es que de verdad se requiere conservar y acrecentar la innombrable lengua de los valencianos, abundantemente atesorada desde hace siglos, especialmente en el de nuestros clásicos de la literatura de oro.
Barrets había de varias clases: Barret de palla, capell sense ales, de tela, de ales amples, de copa alta o mitja, fort, de doctor, de retor, de canonge,…… y se utilizaba no sólo para protegerse del sol y del frío, sino para como signo distintivo de autoridad, grado económico o social y para usos sociales, dando lugar a expresiones como “anar barret en mà” (cortés y humilde), ficarse el barret (de fija), ficarseho per barret (lo que el da la gana), tans caps, tants barrets (haber de todo), llevarse el barret (por educación, respeto, cortesía o admiración), etc…)
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