La Canyada, en el término de Paterna (Valencia) La colonia de chalets más grande de Europa abre las fiestas vicetinas
Durante toda la semana de Pascua, se multiplican los actos en honor a san Vicente Ferrer, cuya jornada central será el lunes 25 de abril.
La inisgne reliquia del santo fue venerada tras la Misa oficiada en la iglesia parroquial de La Canyada.
La Canyada, la colonia de chalets más grande de Europas, unos 20.000, es un remanso de paz cerca de la cercana gran ciudad, recostada majestuosamente sobre los pinares que antaño fueron de los Trénor. Muchas familias residentes en la capital tienen allí, lugar del término de Paterna, su segunda residencia.
Con tanto valenciano residiendo, más en el tiempo de Pascua, la llama vicentina era preciso saltara y fueron un grupo de amigos impulsados por Emilio Lisart Borrás, quienes constituyeron una Cofradía de sant Vicent Ferrer, no querían obviar su celebración en los días de asueto y regocijo vacacionales pascuales.
Las fiestas de san Vicente Ferrer de La Cañada son las primeras siempre en celebrarse, adelantándose a todas en una semana, ppor el hecho de que los residentes pasan allí las tradicionales vacaciones de Pascua, y a pesar de que la liturgia oficial de la Iglesia exige ceñirse a la Resurrección.
Así llevan 45 años. Emilio Lisart, su presidente perpetuo honorario, ya no está, faltó a la cita en tiempos de pandemia, dos años sin poder festejar a bombo y platillo, en público la patrón del histórico Reino de Valencia. Su hijo Cristóbal hace de él una emotiva semblanza en el nutrido programa de la fiesta de este año. Emilio hizo de la Cofradía ”una forma de vivir··, era puro afecto y amistad, vicentino empedernido.
El timonel de la Cofradía lo lleva hoy Federico Vidal Mestre, sigue firme a su antecesor en el cargo, ejecutivo y creativo la ha hecho avanzar y ampliar. Ha aguantado muy bien el embate de dos años de Covid y discreta, pero eficazmente, no ha parado un instante. Una de las realidades que ha conseguido es que la Cofradía editara un libro sobre san Vicente, “Fray Vicente Ferrer, hombre de Estado e Iglesia”, que me encargó redactar a mí. Se percató de que mucho hablar de san Vicente, pero no había un libro al alcance de la gente sobre la vida y obra del santo. Allá donde va lleva detrás cajas de libros que va colocando, ayer mismo en la comida de hermandad de la fiesta lo ofreció a los invitados especiales.
La Misa, en Lengua Valenciana, la ofició el P. Diego Pascual, de Alzira, quien “antes de fraile" fue camionero, y hay que ver con qué dinamismo conduce la parroquia, Predicó, en valencià, con una llaneza extraordinaria, el P. Antonio Benlloch, doctor ab utroque iure, de Benaguasil, infaltable todos los años en esta fiesta, que fue genuina y muy auténtica.
Federico Vidal impuso a Teresa Espinoza Andreu, concejala de Turismo, Cultura y Fuego de Paterna, la medalla de honor de la Cofradía. Ha logrado el presidente que Paterna mirara más a La Canyada, que también es Paterna, y la tuviera en consideración, también en lo religioso y en lo cultural vicentino, rememorando la historia de cuando el santo dominico visitaba con frecuencia Paterna durante sus estancias en Valencia- Y bien que se ha notado la colaboración municipal en esta ocasión.
El Altar de san Vicente de La Cañada tiene un cuadro artístico infantil para representar los miracles, que no todos los altares lo tienen, no es fácil reunir un tiempo para ensayos a los niños por lo general sobrecargados de actividades extraescolares. Ayer representaron “El foc extinguit”, de Vicent Ferri, con gran éxito, ante un público que repletaba la explanada del templo parroquial y concluyó el día con una procesión. El miércoles, los niños participarán en el concurso de milacres organizado por la Junta Central Vicentina. Y la Cofradía en los actos generales del día 25 en Valencia.
Todo ello bajo la clavaría de Chonín Rico Pitarch y Cristóbal Gallardo Bermejo, que lo hacen con la solera vicetina que contienen ligada al Altar de Russafa. Ellos ostentan la curiosidad haber sido Clavarios Mayores de 3030, 2021 y 2022, por el parón y alteración a causa del Covid.
Este año, además, la fiesta tuvo el honor y privilegio de tener en destacado lugar la insigne reliquia de san Vicente Ferrer que custodia el Colegio Imperial de Niños Huérfanos, la cual fue venerada por todos los presentes al término de la Misa. Fue todo una fiesta emotiva, popular, había ganas después de dos años de abstención por la epidemia.
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