El pasado mes de mayo, el papa Francisco convocó oficialmente el Jubileo del 2025, con la bula «Spes non confundit» («La esperanza no defrauda»). En este documento, el Santo Padre desea a todos los fieles que el Jubileo se convierta en una fuente de esperanza. El Papa afirma que «la esperanza cristiana ni engaña ni defrauda porque está fundamentada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos jamás del amor divino».

Tal como anuncia la bula papal, el próximo 24 de diciembre se iniciará el año jubilar con la apertura simbólica de la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, en el Vaticano. El Jubileo nos invita a encontrarnos con Dios también a través del perdón, de la misericordia que se transforma en indulgencia. Por cierto, los fieles que lo deseen ya pueden consultar cuáles serán las condiciones para obtener la indulgencia plenaria jubilar*.

Para prepararnos para este próximo Jubileo de la Esperanza, el Papa propone que dediquemos este 2024 a la oración. La Santa Sede, mediante el Dicasterio para la Evangelización, ha editado unos cuadernos que nos pueden ayudar a valorar la importancia de orar a Dios. Inspirándome en el segundo de ellos, que lleva por título Orar con los salmos**, quisiera animaros a redescubrir los salmos que, como sabéis, son el fundamento de la oración de la Iglesia.

En los salmos podemos encontrar una palabra adecuada que manifieste el estado de nuestra alma en cada momento. Los salmos son expresión del pueblo de Dios. A primera vista, puede extrañarnos el hecho de que la Biblia incluya un libro de oraciones, ya que, en la Biblia, normalmente, es Dios el que se dirige a nosotros. En este punto, conviene recordar que toda la Biblia es Palabra de Dios. A través de la oración de los salmos, se expresan las angustias, alegrías y esperanzas de nuestra vida. Por lo tanto, los salmos no son solo un modelo de oración, sino también de vida.

Queridos hermanos y hermanas, mientras avanzamos hacia el próximo año jubilar, preparémonos para ser peregrinos de esperanza cuidando nuestra oración. La oración con los salmos nos puede ayudar en esta preparación. Los salmos tienen su espacio dentro de la liturgia, pero también implican la experiencia humana y nuestro compromiso diario en nuestra dimensión comunitaria y en el ámbito más personal. Oremos con los salmos y que nos ayuden a caminar unidos a Cristo, con ilusión y esperanza.