El desafio educativo ante la crisis de la ecología Educar en el cuidado de la Casa Común
Los católicos estamos llamados a un compromiso activo mediante pequeñas acciones que partan del corazón, cambien nuestros estilos de vida y den lugar a un cambio de paradigma en la esfera pública.
| Rosa María Quero Pérez
La encíclica Laudato si´ es una llamada urgente a la acción, para hacer frente a la crisis socioambiental que estamos padeciendo en la actualidad. El Papa Francisco lanza un mensaje a toda persona de buena voluntad invitando a cuidar de nuestra casa común, que es como denomina al planeta Tierra y fiel al mandato de Gaudium et spes, analiza los signos de los tiempos.
Utiliza el concepto “casa común” como algo que supera el debate ecológico y nos hace caer en la cuenta de los lazos que nos unen como hermanos y la relación con otras criaturas. Es la fraternidad universal de la que habla Francisco (cf. LS 228).
Esta forma de relacionarnos en nuestra casa común implica la justicia entre generaciones, es decir, la “opción preferencial por los pobres”, la justicia con las generaciones futuras y la justicia con el resto de especies que habitan el planeta. En definitiva, Laudato si´ amplía el concepto de solidaridad de otras encíclicas sociales, apelando a la justicia y a tomar “dolorosa conciencia” (LS 19) para poder “salir de la espiral de autodestrucción en la que nos estamos sumergiendo” (LS 163).
Y cuando habla del “cuidado” lo hace para contrarrestar la “cultura del descarte” que impregna nuestra sociedad, tanto en lo que se refiere a las cosas como a los seres humanos. Si todos practicamos pequeños gestos de cuidado, de amor y de paz podremos construir un mundo mejor, comprometidos con el bien común, lo que generará estrategias que alienten la “cultura del cuidado”, en el ámbito político, económico y cultural. Esta dinámica genera una espiritualidad que se transforma en caridad (cf. LS 231).
En conclusión, la cultura del cuidado de la casa común debe provocar cambios en las macroestructuras, para que la ética ecológica adquiera su sentido más profundo y pueda generar una pedagogía que ayude a crecer en solidaridad, responsabilidad y cuidado, todo ello, basado en la compasión (cf. LS 210).
Los católicos estamos llamados a un compromiso activo mediante pequeñas acciones que partan del corazón, cambien nuestros estilos de vida y den lugar a un cambio de paradigma en la esfera pública.
Etiquetas