El papa Francisco recibió hoy a un grupo de 29 obispos de la región Buenos Aires, que le llevaron el diagnóstico pastoral y social de sus diócesis con eje en el problema del desempleo y en las consecuencias del debate por el aborto, en medio de la visita "ad limina" que realizan al Vaticano.

Al iniciar la reunión, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y obispo de San Isidro, Oscar Ojea le entregó una carta en la que analizó el marco social del país en el que se dio el encuentro.

"Aquellos hermanos que tienen trabajo se levantan diariamente para ganar el pan con el sudor de sus frentes y también con el sudor del corazón porque el salario no alcanza. Existe mucho temor de perder el trabajo; son muchos también los desempleados", planteó el presidente de la CEA en la misiva a la que accedió Religión Digital.

El aborto dividió

"La instalación del debate del aborto nos hizo a los argentinos mucho mal", aseveró el obispo de San Isidro en otro de los pasajes de la carta.

"Si bien intentamos llevar adelante el debate con claridad pero sin agresiones nos hemos visto sorprendidos porque un gran número de jóvenes, incluso de nuestros colegios, están militando por el aborto, manifestando en algunos casos un gran enojo con la Iglesia", reconoció el pastor.

En la carta, Ojea se refirió también a la crisis de abusos que enfrenta la Iglesia y planteó que "frente a esta situación no tenemos que victimizarnos".

Tres grupos

Los 29 obispos forman el segundo de los tres grupos en los más de 100 pastores de todo el país realiza la visita "ad limina" a la Santa Sede, una institución del derecho canónico en la que recorren durante una semana los distintos Dicasterios de la curia romana y le entregan un informe pastoral al pontífice.

La última visita "ad limina" de obispos argentinos fue en 2009, cuando el entonces cardenal Jorge Bergoglio presidía la CEA. "Sentimos que todavía estamos lejos de estos objetivos y de poder transformar el rostro de nuestra Iglesia argentina en una Iglesia auténticamente misionera", reconoció Ojea en otro pasaje de la carta.

"Nos sentimos en deuda también con el compromiso de llevar adelante las exigencias del Magisterio social, nos falta trabajar más en profundidad la Encíclica Laudato Si que nos permite dialogar no sólo con todos los sectores el pueblo de Dios sino también con los hermanos de otras confesiones religiosas y aun con hermanos agnósticos o ateos nuestra responsabilidad histórica por el cuidado de los pobres y de nuestra casa común", agregó.