El Tribunal vaticano que lleva adelante el juicio contra el cardenal Angelo Becciu y otros nueve imputados en la causa que investiga maniobras inmobiliarias que causaron pérdidas por más de 200 millones de euros a la Santa Sede consideró hoy "inadmisibles" las acusaciones de que el proceso tiene métodos de la inquisición.

El presidente del Tribunal, Giuseppe Pignatone, inauguró hoy la décimotercera audiencia del proceso con un rechazo a una serie de pedidos de la defensa del banquero Enrico Crasso, uno de los acusados en el proceso, que había comparado con el inquisidor Nicolas Eymerich el accionar del tribunal, denunciando la falta de los "cánones del justo proceso".

La audiencia de este miércoles, una vez rechazados los planteos del abogado Luigi Panella, giró en torno al exdirector de la autoridad fiscal vaticana (AIF),Tommaso di Ruzza.

En su declaración, di Ruzza planteó que el organismo "trabajó siempre respondiendo a las expectativas del IOR", el banco vaticano a través del que se gestionó la compra del edificio en Londres que motivó el juicio.

Para di Ruzza, la AIF siempre se movió dentro de esquemas normativos, teniendo como interlocutores incluso al Papa y al secretario de Estado Pietro Parolin.

En la audiencia de hoy, el Tribunal informó que Becciu seguirá siendo interrogado el 5 y el 18 de mayo, ya dispensado del secreto pontificio en el tema puntual de delucidar el papel de la italiana Cecilia Marogna, supuesta integrante de los servicios secretos y vista como una de las operadoras financieras de la trama que derivó en pérdidas millonarias para el Vaticano.

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