"Hoy defender al Papa es seguir construyendo una Iglesia que aplique el Vaticano II" Vicente Bokalic: "La reforma de Francisco no se va a terminar con él, esta es la Iglesia con la que hemos soñado"
El arzobispo primado de Argentina, que mañana será creado cardenal, habla sobre la esperanza, las críticas que recibe Francisco y la “continuidad” con la doctrina de los predecesores del trono de Pedro
"La creación cardenalicia me tomó por sorpresa. Fue un momento de mucha alegría en general"
"Es algo que no fue ni pensado ni querido, pero que acepto como un llamado a profundizar el servicio. Esa es nuestra vocación. Esta es la Iglesia con la que muchas veces habíamos soñado, una Iglesia sencilla, abierta, renovada"
"Cuando habla de la ganancias sin límites, de los monopolios, de la desigualdad en el mundo, por ejemplo, hay que ver quiénes son los que fogonean estas críticas: evidentemente son los sectores de poder a quienes estos postulados los toca más"
"Es algo que no fue ni pensado ni querido, pero que acepto como un llamado a profundizar el servicio. Esa es nuestra vocación. Esta es la Iglesia con la que muchas veces habíamos soñado, una Iglesia sencilla, abierta, renovada"
"Cuando habla de la ganancias sin límites, de los monopolios, de la desigualdad en el mundo, por ejemplo, hay que ver quiénes son los que fogonean estas críticas: evidentemente son los sectores de poder a quienes estos postulados los toca más"
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
El arzobispo primado de la Argentina, Vicente Bokalic, que será creado cardenal mañana por el papa Francisco, repasa en diálogo con RD en el Vaticano cómo se enteró de su creación cardenalicia, el futuro que le ve a la reforma impulsada por el Papa en la Iglesia y quiénes son los que “fogonean” las críticas al pontífice.
¿Cómo se enteró de que sería creado cardenal?
Me llamó un hermano de la Iglesia a las 7 de la mañana, que estaba viendo el Ángelus y se enteró en vivo. Fue una conmoción para mí, algo impensado. Es cierto que veníamos de un acontecimiento importante de la designación de Santiago del Estero como diócesis primada de la Argentina, y que implicó una movilización fuerte de la Iglesia y de la sociedad, pero la creación cardenalicia me tomó por sorpresa. Fue un momento de mucha alegría en general.
¿Y cómo lo toma?
Es algo que no fue ni pensado ni querido, pero que acepto como un llamado a profundizar el servicio. Esa es nuestra vocación. Esta es la Iglesia con la que muchas veces habíamos soñado, una Iglesia sencilla, abierta, renovada. No me puedo correr en este momento. Por más poco que pueda hacer, no es momento de correrse. Somos muchos que nos sentimos representados por lo que está pasando, este estilo, este magisterio, estas orientaciones que nos da el Papa.
Por otro lado, creo que en la mente del Papa, con esta creación mía como cardenal, vuelve a aparecer el tema de las periferias, que es una prédica muy constante. Además de una iglesia cercana al pueblo, de lo que el Papa habla desde su primera exhortación.
Históricamente el birrete rojo simbolizaba la sangre que los cardenales derramarían por el Papa. Hoy es cierto que nadie les va a pedir que den su vida por el sucesor de Pedro, pero ¿siente que se lo defiende poco al Papa?
El tema es qué es defenderlo. ¿Salir a los medios? Puede ser. Pero es mucho más asumir el compromiso de vida cotidiana. Hoy la gran defensa del Papa pasa más por marcar un estilo de vida en nuestras Iglesias. Creo más en los hechos que en las palabras. Hay que defenderlo actuando. Defenderlo es también seguir construyendo la orientación que actualice, aplique y profundice el Concilio Vaticano II.
Estamos llegando al Jubileo. En el último Jubileo, por ejemplo, Juan Pablo II fue tajante con el tema de la condonación de deudas a países pobres, pero si Francisco lo plantea de inmediato es caracterizado como comunista. ¿Por qué?
La condonación de deudas está ya en el Antiguo Testamento y Francisco marca una continuidad total con sus predecesores, no hace lo contrario a nadie. Va actualizando lo que ya está dicho en un tiempo nuevo. Ni más ni menos que el Evangelio. Cuando habla de la ganancias sin límites, de los monopolios, de la desigualdad en el mundo, por ejemplo, hay que ver quiénes son los que fogonean estas críticas: evidentemente son los sectores de poder a quienes estos postulados los toca más.
Y así vemos como él también habla dos veces por semana de la guerra, como un fracaso de la humanidad, del medioambiente, de las polarizaciones que encontramos en todos lados. De la falta de un diálogo superador para resolver los problemas.
La palabra clave del Jubileo es Esperanza. ¿Qué es esta virtud para Usted?
Es la fuerza para seguir luchando, una motivación. Pienso en tantas personas que deben dejar sus países y empezar de cero en otra tierra. ¿Qué los movió? Esa esperanza interior de poder superarse, lo que nos moviliza a ponernos de pie, a luchar, a poner lo mejor para superar situaciones inhumanas.
¿Cuál es su texto favorito de Francisco?
Me encantan sus homilías, pero Evangelii Gaudium es para mi lo que creo que es Evangelii Nuntiandi para Francisco: una línea a seguir, una inspiración. Todos sus documentos son en realidad fantásticos y tocan los grandes temas a los que estamos llamados: la promoción del laicado, el tema ambiental, el rol de la mujer, los ministerios. Evangelii Gaudium lo que tiene es que es sencillo, simple, inspirador para trabajar, que así como la Evangelii Nuntiandi se siguió profundizando después de Pablo Vi, se va a seguir profundizando. El mismo dice que son las líneas no para un año, sino las orientaciones de una Iglesia para un milenio. Muestra que la reforma de Francisco no se va a terminar con él. Hemos soñado con una Iglesia de este estilo, tenemos que avanzar.