El papa Francisco criticó "la sed desenfrenada de ganancias" y alentó a construir una "economía más justa e inclusiva que la actual", al dar a conocer este lunes su mensaje para la próxima Cuaresma.

"Poner el Misterio pascual en el centro de la vida significa sentir compasión por las llagas de
Cristo crucificado presentes en las numerosas víctimas inocentes de las guerras, de los abusos contra
la vida tanto del no nacido como del anciano", plantea el Papa en el escrito que lleva por título "En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios".

En su mensaje, fechado el pasado 7 de octubre, Jorge Bergoglio en pone en modo crítico "de las múltiples formas de violencia, de los desastres medioambientales, de la distribución injusta de los bienes de la tierra, de la trata de personas en todas sus formas y de la sed desenfrenada de ganancias, que es una forma de idolatría". 

Limosna para construir un mundo más justo

En el mensaje, dado a conocer este lunes por el Vaticano, el pontífice reitera la importancia de "recordar a los hombres y mujeres de buena voluntad que deben compartir sus bienes con los más necesitados mediante la limosna, como forma de participación personal en la construcción de un mundo más justo".

"Compartir con caridad hace al hombre más humano, mientras que acumular conlleva el riesgo de que se embrutezca, ya que se cierra en su propio egoísmo", agregó.

"Podemos y debemos ir incluso más allá, considerando las dimensiones estructurales de la
economía. Por este motivo, en la Cuaresma de 2020, del 26 al 28 de marzo, he convocado en Asís a
los jóvenes economistas, empresarios y change-makers, con el objetivo de contribuir a diseñar una
economía más justa e inclusiva que la actual", planteó en referencia al encuentro del que participarán unos 2000 jóvenes de más de 100 países en la ciudad del centro italiano.

Una economía con el espíritu de las Bienaventuranzas

"Como ha repetido muchas veces el magisterio de la Iglesia, la política es una forma eminente de caridad. También lo será el ocuparse de la economía con este mismo espíritu evangélico, que es el espíritu de las Bienaventuranzas", aseveró Bergoglio.

En su mensaje, el Papa lamentó además la presencia del "mal" en la Iglesia, aunque convocó a combatirlo.

"A pesar de la presencia, a veces dramática, del mal en nuestra vida, al igual que en la vida de la Iglesia y del mundo, este espacio que se nos ofrece para un cambio de rumbo manifiesta la voluntad tenaz de Dios de no interrumpir el diálogo de salvación con nosotros", resumió en esa dirección.

Curiosidad vacía y superficial

La Cuaresma se convirtió también en una oportunidad para una renovada advertencia del Papa al rol de los medios de comunicación.

"El diálogo que Dios quiere entablar con todo hombre, mediante el Misterio pascual de su Hijo,
no es como el que se atribuye a los atenienses, los cuales «no se ocupaban en otra cosa que en decir
o en oír la última novedad». Este tipo de charlatanería, dictado por una curiosidad vacía
y superficial, caracteriza la mundanidad de todos los tiempos, y en nuestros días puede insinuarse
también en un uso engañoso de los medios de comunicación", advirtió.

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