Dinero bañado en sangre

¿Es cristiano mirar para otro lado cuando se producen armas hechas para matar y que matan?

En el año 2017 las ventas de armas realizadas por España ascendieron a 4.346,7 millones, un 7,3% más que en 2016. Un 72% fue destinado a la UE y la OTAN. Entre el resto de destinatarios países como Arabia Saudí con 270,2 millones, un país que ha sido acusado de cometer crímenes contra la humanidad en Yemen. Y también se venden armas a países de dudosa legitimidad democrática como Irak Emiratos Árabes Unidos, Marruecos, Túnez Israel y Venezuela.

Es cristiano vender armas a toda clase de regímenes despóticos y a grupos de dudosa integridad?

Es cristiano justificar la producción de armamento basándose en la riqueza económica que genera y en los puestos de trabajo que aporta?

Yo sé que el asunto es difícil. Porque es difícil encajar el mensaje del evangelio en el que se sustenta la fe de los creyentes con el modelo de sociedad imperante. Pero

¿Es cristiano contribuir a alimentar las guerras aportando armas a los países en conflicto y lucrándonos con dinero bañado en sangre?.
¿Es cristiano contribuir a que las guerras continúen?
¿Es cristiano justificarse diciendo que si nosotros no vendemos armas otros las venderán y nosotros perderemos poder económico y trabajo?
¿Debemos conformarnos con decir lo políticamente correcto?
¿Debemos consentir el mal?
¿No contribuimos a alimentar el mal cuando producimos armas?

Yo sé que el asunto es difícil. Pero ¿quién sostiene que trasladar el mensaje evangélico a la vida real sea fácil? . Y aunque mi aportación solo sea una gota en el océano quiero poner este asunto sobre la mesa del dialogo y del discernimiento.
Volver arriba