Valores a extraer del futbol, aunque no te guste
Resumo lo que Gabriel García de Oro llama “Lecciones que da el fútbol”.
Siempre se empieza cero a cero. Cada encuentro es un nuevo comienzo, un nuevo reto. Una nueva oportunidad que debemos afrontar concentrados, con humildad, pero sin complejos. De poco sirven los éxitos o los fracasos del pasado. Empecemos cada día desde cero. Saltemos de la cama sabiendo que hoy es una nueva oportunidad.
No siempre se gana, pero siempre se compite. Ni el mejor de los mejores equipos de la historia es capaz de vencer siempre. Así es la vida. La diferencia está en ser competitivos. En darlo todo. En intentarlo una y otra vez. En trabajar y trabajarse la victoria. Sí, a veces se juega muy bien y se pierde. Pero de lo que tenemos que darnos cuenta es que jugando muy bien es más fácil ganar, y que tarde o temprano llegarán los resultados.
El equilibrio es fundamental. ¿Imaginas un equipo con 11 delanteros? ¿O con 11 grandísimos porteros? Estaría abocado al fracaso. Nosotros, igual. Tenemos que procurar encontrar el equilibrio en todas las posiciones del campo de nuestra vida: pareja, familia, amigos, trabajo, ocio….
Por bueno que seas, hay que entrenar. Practicar, prepararse y seguir creciendo es lo que hace que los buenos se conviertan en estrellas Sea lo que sea lo que se nos da bien, la práctica repetida y diaria nos ayuda a seguir creciendo, a adaptarnos a los nuevos desafíos.
Cuando hay decisiones injustas que te perjudican. El fútbol no es un deporte perfecto y a veces hay errores. ¿Qué haremos? Podemos reaccionar como aquellos equipos que se desconcentran y terminan por cometer más errores de los que ha cometido el árbitro. Pero también podemos sobreponernos. Concentrarnos y seguir.
Sentirse arropado por tu público. Simeone dice que “La gente no sabe la fuerza que transmite a los jugadores”. Nosotros también debemos procurarnos un entorno que nos anime, nos aliente y dé alas a nuestros sueños cuando las fuerzas fallan. Y eso no es todo. También debemos comportarnos así con los demás. Ser fuente de ánimo, no de desaliento.
El arma secreta de lo inesperado. ¿Qué hacer cuando nada de lo que hacemos funciona? Algo diferente. Eso es lo que hacen los grandes equipos, jugadores y entrenadores. Cambiar. Analizar, prever los problemas, dosificar el cansancio, el esfuerzo. Estar siempre alerta en lo que respecta a los puntos fuertes y débiles de las situaciones que se nos presentan.
Resistir las críticas. Por muy bueno que seas, llega un momento en el que te cuestionan. ¿Qué hacen los grandes futbolistas? Seguir trabajando. Aceptar los comentarios negativos con el mismo escepticismo que los halagos.
Hasta que el árbitro pite el final. Pase lo que pase, mientras que el balón esté en juego pueden pasar muchas cosas. Podemos remontar. Nos pueden marcar.
Se dice: jugar al fútbol. Nadie dice vamos a trabajar al fútbol. Este verbo implica diversión, entrega, pasión, entusiasmo… Jugar es re-crearse, y cuando lo hacemos es cuando aprendemos en serio.
Humildad, Competitividad, Equilibrio, Entrenamiento, Equidad, Tribu, Sorpresa, Reinvención, Resiliencia, Perseverancia, Disfrute. Son claves para darlo todo.