Considero que a lo largo de estas tres últimas semanas he transmitido, desde la humildad que me toca tener como ciudadano de base, las características que tiene que tener el nuevo Gobierno de España. He pretendido transmitir claridad aportando ideas para la misión de servicio que debe de liderar el Partido Socialista y que, por tanto, le toca a Pedro Sánchez, en esta ocasión, aunar y sumar, siempre atendiendo al marco que nos dota la Constitución.

Quiero aportar en la reflexión de hoy alguna idea sobre pactos y bien común para lograr un Gobierno de servicio a la población.

Propongo, en primer lugar, que quienes tienen realmente la capacidad de hacer posible un gobierno estable, PSOE y C's, y esta es la constatación y no otra, dediquen un tiempo a leer el libro de Alessandro Leogrande que tiene por título "La Frontiera", editado por Universale Económica Feltrinelli; va por su quinta edición.

Una lectura reposada del mismo nos devuelve a lo concreto y a lo que, de verdad, está pasando en el mundo. Escrito queda, y confío que los políticos, también, del PP, de Vox, de Podemos, de Más Madrid y otras fuerzas dediquen tiempo a su lectura; sobre todo para que ninguno se mueva por los intereses del marketing político.

Los pactos no son sumar por sumar

Los pactos deben de responder a una lógica y, ante todo, mirando al Bien Común. Los pactos no son sumar por sumar que es lo que muchas veces pretenden las fuerzas políticas. En la formación de un Gobierno de España, está claro y, más después de las elecciones autonómicas y locales, que el PSOE pude y debe de gobernar en solitario, llegando a acuerdos puntuales con el resto de las fuerzas políticas; pero desarrollando la estabilidad del país y, desde luego, con la legalidad que dota la Constitución de España. Insisto, el PSOE y el C's tienen una gran responsabilidad. No pueden ni deben darse la espalda.

El PP debe de asumir su situación actual; pero ¡atención! es un partido que ha hecho mucho por el progreso económico y social de España, y desde luego está sufriendo las consecuencias de una pésima gestión ante lo que era evidente. Sus actuales responsables quieren mirar al futuro desde la honestidad y desde la transparencia; al menos eso es lo se están esforzando por transmitir. Esto significa que, si sabe jugar bien la partida política, podrá aspirar a ser realidad de gobierno; pero, ahora, le toca jugar un rol diferente y tiene que realizar una travesía difícil y complicada. Así como, en su día escribí que a Susana Díaz no se la debería orillar en el PSOE porque ha trabajado y sigue trabajando con ahínco en Andalucía, ya que ignorar su trabajo y esfuerzo también le puede terminar pasando factura al PSOE; considero que si el PP se enzarza en una disputa interna tendrá que sufrir mucho y tardará más tiempo a ser opción de gobierno, claro en minoría o coalición. Bueno, es el Partido Popular el que tiene que estar convencido de esta situación, porque ante los protagonismos en política poco podemos decir quienes no somos ni formamos parte de la militancia de los partidos; pero por esta razón, podemos apoyar a unos u otros según el caso.

El Bien Común debería ser un referente en la acción de Gobierno que el PSOE tendrá que desarrollar; citas y reflexiones he dado en mis artículos al respecto; pero quiero subrayar que si no mira con sencillez y humildad a lo que España necesita terminará asumiendo un rol más negativo que positivo. La confluencia de su programa con el de C's representa armonía y un verdadero progreso económico y social. Nuestro país quiere el equilibrio y la coherencia, no desea extremos, porque políticos, empresarios y tercer sector están llamados a realizar un trabajo conjunto. Aquí resalto las últimas líneas del párrafo anterior; pero esta vez referidas al PSOE y a C's.

Realismo y criterio constructivo

El progreso de un país es abundar en la coherencia, en el compromiso, en la justicia social, en el crecimiento económico, en el fomento de la libertad y de la creatividad, en el respeto y en la escucha; para ello hay que configurar un Estado que, amparándose en los principios del Estado Social de Derecho, los políticos, el tejido empresarial y el tercer sector tienen que ser capaces de fomentar programas, proyectos y respuestas positivas para el conjunto de la población. Todo esto hay que desarrollarlo con realismo y con criterio constructivo. Un Gobierno de progreso es, ni más ni menos, que aplicar lo escrito en este punto. Los extremos políticos no ayudan en absoluto; pero también hay que respetar su visión y sus propuestas. En política no se puede descalificar por principio y esto se da, en demasiadas ocasiones, con fuerza y virulencia. Hay que buscar el Bien Común lo más conjuntamente que se pueda; por esta razón PSOE y C's tienen una gran responsabilidad, y tienen la oportunidad de ayudar a recomponer una España de hermandad y fraternidad. Pedro Sánchez y Albert Rivera no desprecien esta oportunidad, por favor.

El Bien Común, que nace de la Doctrina Social de la Iglesia, y que los políticos han apelado en varias ocasiones en las últimas campañas electorales, nos dice lo siguiente:

"La interdependencia, cada vez más estrecha, y su progresiva universalización hacen que el bien común - esto es, el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección - se universalice cada vez más, e implique por ello derechos y obligaciones que miran a todo el género humano. Todo grupo social debe tener en cuenta las necesidades y las legítimas aspiraciones de los demás grupos; más aún, debe tener muy en cuanta el bien común de toda la familia humana. Crece al mismo tiempo la conciencia de la excelsa dignidad de la persona humana, de su superioridad sobre las cosas y de sus derechos y deberes universales e inviolables. Es, pues, necesario que se facilite al hombre todo lo que éste necesita para vivir una vida verdaderamente humana, como son el alimento, el vestido, la vivienda, el derecho a la libre elección de estado ya fundar una familia, a la educación, al trabajo, a la buena fama, al respeto, a una adecuada información, a obrar de acuerdo con la norma recta de su conciencia, a la protección de la vida privada y a la justa libertad también en materia religiosa. El orden social, pues, y su progresivo desarrollo deben en todo momento subordinarse al bien de la persona, ya que el orden real debe someterse al orden personal, y no al contrario.... El orden social hay que desarrollarlo a diario, fundarlo en la verdad, edificarlo sobre la justicia, vivificarlo por el amor. Pero debe encontrar en la libertad un equilibrio cada día más humano. Para cumplir todos estos objetivos hay que proceder a una renovación de los espíritus y a profundas reformas de la sociedad. El Espíritu de Dios, que con admirable providencia guía el curso de los tiempos y renueva la faz de la tierra, no es ajeno a esta evolución. Y, por su parte, el fermento evangélico ha despertado y despierta en el corazón del hombre esta irrefrenable exigencia de la dignidad".

Gaudium et Spes.

Progreso y Bien Común son dos términos que se entrelazan y se "tienden la mano" porque la dignidad humana parte del Bien Común y no hay nada más progresista que la persona, bien sea mayor, adulta, joven, niño o niña o bebé, sea reconocida desde su dignidad. Alcanzar la dignificación es el mayor logro social por el que debe de trabajar quien ejerza el rol de gobernar. La dignidad se puede lograr ejerciendo lo que he propuesto en las reflexiones realizadas en las últimas tres semanas. Animo al PSOE y a C's, en concreto a Pedro Sánchez y a Albert Rivera, a dejar a un lado sus tensiones y a que no pierdan la perspectiva de lo que significa constituir un Programa de Progreso. Hay que llegar a estrecharse ambas manos. Sois capaces de ello y no deberíais olvidar que lo importante es el futuro. Invito, también, al PP, lo digo con profunda humildad, y creyendo en que el nuevo equipo, con Casado a la cabeza, tienen futuro, a saber aceptar su rol y a no perder nunca la perspectiva de trabajar por el Bien Común, esto le hará recapacitar y reconstruir su presencia en la sociedad española.

Después del Congreso del PP escribí un artículo sobre Casado que le invito a leer, seguramente no tuvo la oportunidad de hacerlo. Pido a VOX y a PODEMOS que reflexionen sobre sus mensajes y sobre el rol que les corresponde tener, sin buscar más protagonismo que el que los ciudadanos les hayamos podido dar. Considero que Más Madrid puede ser, en y desde Madrid, un Partido que ayude, desde la serenidad, a configurar una izquierda equilibrada con los tiempos actuales porque si no los ciudadanos huirán, porque hay mensajes que asustan y espantan ¡Ojo! querer llegar al poder para realizar una especie de revancha es una gran equivocación, esto no está alineado con la dignificación de las personas.

Para todos los Partidos que creen en nuestra Carta Magna, un mensaje: Facilitar pactos, quizá sea un rol de gran calado y transcendencia para el progreso real de quienes formamos parte de España. Espero que algún Partido se sienta interpelado por este mensaje. Creo que Más Madrid tiene un gran reto.

David López Royo

Sociólogo