16 de mayo, Jornada Diocesana de los Misioneros Madrileños Cardenal Osoro a los misioneros: "Nos hacéis hermanos de todos. Nos agrandáis el corazón"

Día del Misionero Diocesano
Día del Misionero Diocesano

El domingo 16 de mayo, coincidiendo con la Ascensión del Señor, el Consejo Diocesano de Misiones celebra la Jornada Diocesana de los Misioneros Madrileños

La diócesis de Madrid cuenta en estos momentos con 575 misioneros distribuidos por 86 países de misión, y que son el centro de esta jornada

Como es tradicional, el arzobispo les ha dirigido una carta en la que les recuerda: "vuestra vocación es un regalo grande, para vosotros, sin duda, pero también para aquellos que reciben de vosotros el testimonio de una vida enamorada del Señor"

(Archimadrid).- El domingo 16 de mayo, coincidiendo con la Ascensión del Señor, el Consejo Diocesano de Misiones celebra la Jornada Diocesana de los Misioneros Madrileños. Con el lema Hermanos de todos, hermanos nuestros, la catedral de Santa María la Real de la Almudena acogerá a las 12:00 horas una solemne Eucaristía presidida por el cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid. Durante la ceremonia, que se desarrollará conforme a las pautas de las autoridades sanitarias, el purpurado procederá al envío de los misioneros que partirán a la misión durante el 2021.

La diócesis de Madrid cuenta en estos momentos con 575 misioneros distribuidos por 86 países de misión, y que son el centro de esta jornada. Son 217 seglares –muchos en familia–, 175 religiosas, 106 religiosos, 75 sacerdotes y cuatro religiosas de clausura. Por zonas, hay 194 en Sudamérica, 135 en Europa, 76 en Centroamérica, 62 en África y Asia, 34 en Norteamérica y doce en Oceanía.

Misioneros madrileños en el mundo
Misioneros madrileños en el mundo

"Nos recordáis cada día que la Iglesia no puede encerrarse"

Como es tradicional, el arzobispo les ha dirigido una carta en la que les recuerda que «vuestra vocación es un regalo grande, para vosotros, sin duda, pero también para aquellos que reciben de vosotros el testimonio de una vida enamorada del Señor, allí donde estáis y, por supuesto, también para la Iglesia en Madrid». «Vuestra vida, vuestra entrega, vuestra misión nos deja claro lo que implica la catolicidad de la Iglesia: la Iglesia no es esa pequeña, aunque sea preciosa, comunidad en la que cada cual vive su fe… La Iglesia está formada por todos los hombres y mujeres, de muy diferentes culturas, situaciones, sociedades, que han recibido el bautismo y han acogido con amor el mensaje de amor de nuestro Señor», asevera.

En este sentido, señala que «vosotros nos recordáis cada día que la Iglesia no puede encerrarse en sí misma», «que la Iglesia es universal, que los que habéis sido nuestros hermanos ahora sois hermanos de todos». «Pero se puede decir aún más; nos hacéis también a nosotros hermanos de todos. Nos agrandáis el corazón para ser capaces de acoger a todos los cristianos del mundo como hermanos nuestros. Nos ayudáis a entender lo que significa eso que el Papa Francisco nos repite con tanta insistencia: salir de nuestra autorreferencia y salir a las periferias».

Por eso, subraya el cardenal Osoro, «damos gracias a Dios por vuestra vida, por vuestra entrega y por vuestra vocación» y «pedimos al Señor que vuestros deseos de santidad no flaqueen, que os acompañen siempre, para que con vuestro testimonio ayudéis a muchos a encontrarse con aquel que les ama con un amor infinito».

La alegría por la vocación

El purpurado ha enviado también una carta a los familiares de los misioneros diocesanos, a los que anima a «descubrir con gran alegría que ese familiar vuestro, al que queréis con locura y echáis de menos, por el que rezáis y que es parte de vuestra vida, al entregar su vida a Cristo, al consagrar su tiempo y sus talentos a la evangelización, se ha hecho hermano de todos, compañero y amigo de todos». 

«Os animo a vivir con alegría la vocación de los misioneros –abunda–. Su entrega no es fácil de vivir a veces, pero siempre es una gran oportunidad de abrazar al mundo entero a través de ellos. ¡Qué gran familia es la nuestra! Y lo es, también, gracias a ellos... Vamos a ponerlos a todos ellos bajo el manto de Nuestra Señora de la Almudena, Madre de todos ellos, de todos nosotros, que desde el cielo nos cuida y nos anima».

Por último, en una carta dirigida a todos los diocesanos, el arzobispo alude al lema de la jornada e incide en que «los cristianos debemos sentirnos hermanos de todos, indistintamente de dónde vivan, en qué circunstancia se encuentren, de qué condiciones o situaciones estén viviendo». «Aprendamos, de nuestros misioneros, a entregarnos y a querer construir un mundo mejor, en el que el amor de Cristo se extienda en el corazón de todos los hombres», concluye.

Más información en la web del Consejo Diocesano de Misiones y en la página de transparencia del Arzobispado.

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