"Lo que va del 18 de julio de 2020 al 14 de abril de 2022" El Jueves Santo desde Astorga, celebrado por monseñor Jesús Fernández

Monseñor Jesús Fernández
Monseñor Jesús Fernández

"Durante los pasados dieciocho meses, interesantes conferencias de obispos preclaros y clarividentes se escucharon en la sede astorgana"

"Y habrá quien recuerde la tradición de largos pontificados en Astorga: los de Briva Miravent y Lorenzo Iglesias, incluso allí sus cuerpos sepultados, en la Catedral"

"Habló de las que denominó “las tres grandes fiestas”: Festividad del Amor, Festividad del Servicio y Festividad del Sacerdocio"

"Habló, pues, del sacerdocio, de las funciones de los presbíteros, que dijo, que eran 'regalos de Dios a su pueblo', y también regalo el del sacerdocio que es inmerecido para el propio sacerdote"

I.- Del 18 de julio de 2020 al 14 de abril de 2022: 

Hace unos minutos concluyó en la Iglesia Madre de Astorga, la Catedral de Santa María, la celebración del Jueves Santo, Día del Amor Fraterno, presidida por el Obispo de la Diócesis, monseñor don Jesús Fernández, que dirige mensajes, a través de Internet, a sus diocesanos, comenzando con el saludo: “Hola, qué tal”. Desde lo alto de la Catedral se oían las armónicas músicas del órgano –faltó esta vez el magnífico coro-, y en el presbiterio se oían los cantos del desgañitado solista. El 18 de julio de 2020 hicimos Crónica de la toma de posesión episcopal de tal Diócesis, siendo completada con otra posterior, fechada el 22 del mismo mes y año, que se pueden consultar ambas aquí, en Religión Digital. 

 Muchas cosas han ocurrido desde aquel 18 de julio hasta el actual 14 de abril, ambas fechas de mucha historia, y ambos días soleados, con buen tiempo. En aquella mañana del 18 de julio, cruzó la Plaza maragata de La Inmaculada, en dirección a la Catedral, el inolvidable don Juan del Río, fallecido Arzobispo castrense. También cruzaron esa Plaza, idea de don Marcelo, monseñor Joseba Segura, entonces obispo auxiliar y hoy obispo titular de Bilbao, economista necesitado en Añastro (Madrid), a pie y no en bicicleta, de “cabeza poderosa”, y que sigue en carrera pedaleando, siendo el obispo vasco al que nos referimos en la Crónica del día 22.

Escudo de Jesús Fernández

También cruzó la Plaza de la Virgen Inmaculada, el entonces obispo auxiliar de Pamplona, ya callado en aquel tiempo y hoy mucho más, siendo don Juan Antonio hoy el novato Arzobispo castrense, sin ser General de División por no publicarse su nombramiento en el BOE, y fruto el nombramiento de los cambalaches entre Omella y Bolaños, bendecidos por el Papa, músicos aquéllos que queriendo ser de fina mandolina y de inspiración veneciana, resultaron luego de chillona bandurria, muy de baturros. 

Ha habido otros cambios, pero menos significativos. Al patio del Seminario de Astorga llegó el 18 de Julio, procedente de Ferrol y sin chofer, el vehículo conducido por el obispo Luis Ángel de las Heras, entonces de Mondoñedo-Ferrol y obispo hoy de León, que sigue sin explicar el misterioso traslado. En aquel 18 de julio, don Fernando Valera aún caminaba, con muchos rezos y recomendaciones jesuíticas, por los claustros del Seminario de Cartagena y ahora, el 2 de abril de 2022, siendo obispo de Zamora, fue el que pronunció el Pregón de Semana Santa en la Catedral de Astorga. 

Durante los pasados dieciocho meses, interesantes conferencias de obispos preclaros y clarividentes se escucharon en la sede astorgana. Allí pronunciaron discursos los excelentísimos y reverendísimos señores obispos, don Demetrio Fernández y don Juan Antonio Martínez Camino, a propósito de beatas mártires, y también el Eminentísimo y Reverendísimo Cardenal emérito, don Antonio Rouco Varela, sobre educación y familia, y que, por ser jurista, citó varias veces al austríaco Kelsen, para asombro de oyentes piadosos y astorganos, y mostrando el Cardenal sus manos coloradas, como el capelo, de tanto frotarlas. 

Auza y Rouco
Auza y Rouco

Y hay quienes, por el pensamiento conservador de los conferenciantes indicados -no por lo del pregonero que tiende a lo progresista- están empeñados en deducir afinidades, incluso políticas, con el obispo nacido en León, hoy titular de Astorga. Confieso que esto de las afinidades, no teniendo este escritor evidencia científica de ello, no lo puede proclamar (lo de las afinidades, naturalmente).  

II.-Palabras episcopales sobre abusos: 

Hace días, el 4 de abril de 2020, en Crónica de José Manuel Vidal, en Religión Digital, se destacó que el obispo de Astorga, cuyo lema episcopal es “evangelizar a los pobres”, había dicho: “Con las víctimas de los abusos sexuales no vamos a llegar a ningún acuerdo. No tienen derecho a recibir compensaciones económicas”. Muy poco cuerda pareció la respuesta, para asunto grave y que promete escándalo. Confieso que la Crónica de mi director, Vidal, me sorprendió, y ello por la heterodoxia que supone lo del Obispo de Astorga  respecto a pronunciamientos anteriores, sobre la misma desgraciada cuestión, del Papa, de otros obispados, incluso vecinos como el de León, de otras Conferencias episcopales, como la alemana y la francesa, e incluso de la balbuceante y cambiante española.

Más aún, monseñor Jesús Fernández, en el sermón de su toma de posesión -ahora de lectura más interesante- repitió: “Evangelizad, evangelizad, evangelizad”. Y de valiente calificamos su homilía el día de la toma de posesión. No es disculpa el enfado de la Curia o de siniestros curiales, tampoco el recuerdo de las dolorosas palabras, últimas y mortales, pronunciadas por el anterior Obispo, don Juan Antonio, antes de su muerte. 

Jesús Fernández

No es extraño que las palabras episcopales a los letrados de los reclamantes por abusos sexuales en La Bañeza hayan sentado tan mal en instancias importantes. Unos, tal vez los menos y conferenciantes como los indicados antes, tal vez le aplaudan; otros, tal vez los más, le llamen temerario, de cara a un tiempo futuro en el que tantas vacantes de diócesis importantes se producirán. Y habrá quien recuerde la tradición de largos pontificados en Astorga: los de Briva Miravent y Lorenzo Iglesias, incluso allí sus cuerpos sepultados, en la Catedral. ¿En qué estaría pensando Monseñor Fernández cuando, en la mañana del 18 de julio, delante del portalón del Seminario de Astorga  miraba, en el suelo, a su floreado escudo episcopal, que tanto gustó a tantos, incluido al bilbaíno monseñor Segura?

La predicación de ayer, en la Misa Crismal, resultó interesante, muy a meditar, aunque incompleta. 

Ya lo cantó el salmista y que hoy fue rezado: “Contempla, Señor, que estoy en peligro, respóndeme enseguida”. 

III.- En la tarde del 14 de abril, hoy:

A las 17 horas sonó la campanilla sacristana, que anunció la procesión, dentro de la Catedral de Astorga, iniciada a la puerta de la Sacristía hasta el Altar Mayor, presidida por el mitrado y diocesano celebrante. Leído el Evangelio y besado el libro, con casulla de color blanco, apartado el báculo, colocadas la mitra y las gafas, quitada la mascarilla azul, de pie y desde la sede, monseñor Fernández leyó el Sermón del Jueves Santo.

Jueves santo
Jueves santo

La predicación, al igual que el año pasado, comenzó con referencia al inicio del Triduo Pascual con la Sagrada Cena de hoy. Y si el año pasado habló monseñor Fernández de los que llamó “los tres regalos o grandes dones” del Señor, hoy, 14 de abril de 2022, habló de las que denominó “las tres grandes fiestas”: Festividad del Amor, Festividad del Servicio y Festividad del Sacerdocio. Habló, pues, de la Eucaristía, y de la Fiesta judía de la Pascua, no indicando este año la referencia que el Papa Francisco había hecho a los que denominó “seres eucarísticos”. Habló, pues, del lavatorio de los pies a los discípulos, de las tentaciones de Pedro, y de la necesidad de quitarse el traje del señorío y la riqueza. Habló, pues, del sacerdocio, de las funciones de los presbíteros, que dijo, que eran “regalos de Dios a su pueblo”, y también regalo el del sacerdocio que es inmerecido para el propio sacerdote.

Y habló de Ucrania, Caritas y de tantos pueblos afectados por la escasez de sacerdotes. 

Y todo concluyó con el canto del eucarístico Pange lingua gloriosi por el cantor entusiasta desde el presbiterio. 

Jesús Fernández
Jesús Fernández

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