"Ha fallado todo". Así clamaban las autoridades catalanas después de conocerse el suicidio de dos hermanas en Barcelona, horas antes de ser desahuciadas. También la Iglesia se ha hecho eco de este dolor, a través de la plegaria y condolencias del cardenal de Barcelona, Juan José Omella.
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En sus redes sociales, el purpurado reza "por las almas de las dos hermanas de Barcelona que, desgraciadamente, se quitaron la vida, horas antes de ser desahuciadas".
"Hace falta una acción coordinada de todas las administraciones públicas, las entidades y la ciudadanía para que el acceso a la vivienda no sea una pesadilla", insiste Omella, quien recuerda cómo, en su carta del pasado domingo, la alertaba de cómo "la exclusión residencial es un problema grave en nuestra diócesis".
