El obispo de Barbastro muestra su "tristeza" ante actitud de la diócesis de Lleida sobre el conflicto de la Franja Pérez Pueyo: "La gente está muy quemada, son 25 años de espera, esos bienes deben volver a las parroquias aragonesas"
"Me causa una enorme tristeza que la diócesis de Lérida, tras haber reconocido en varias ocasiones la propiedad aragonesa de los bienes, alegue ahora falta de libertad"
"La Justicia ha hablado, una vez más. Solo espero que la otra parte recapacite, con respeto, y cierre este doloroso capítulo, para no seguir ahondando en la humillación y ultraje de quienes solo están reclamando lo que es suyo. Es cuestión de dignidad y justicia"
"La gente no concibe este despropósito y me lo hace llegar constantemente. Está muy quemada, pues son 25 años de espera, en los que tanto la justicia eclesiástica como la civil ha dictaminado que esos bienes deben volver a las parroquias aragonesas". Al obispo de Barbastro, Ángel Pérez Pueyo, y a sus fieles, se les ha acabado la paciencia. Con razón.
Tras el recurso de apelación presentado por el Obispado de Lérida a la sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción n.º 1 de Barbastro que les conmina a entregar de manera inmediata las 111 obras de arte custodiadas en el Museo de Lleida, a las 43 parroquias aragonesas, "que son sus legítimas propietarias", Pérez Pueyo ha emitido un duro comunicado en el que muestra su "enorme tristeza" por la "falta de libertad" alegada por su homónimo de Lleida, Salvador Giménez, para oponerse, ahora, a la entrega de las piezas.
¿Falta de libertad?
"En la Iglesia he encontrado siempre una institución libre y abierta, por eso me causa una enorme tristeza que la diócesis de Lérida, tras haber reconocido en varias ocasiones la propiedad aragonesa de los bienes, alegue ahora falta de libertad", señala Pérez Pueyo, quien lamenta que "el pueblo de Dios que peregrina en esta humilde diócesis de Barbastro-Monzón está desconcertado y dolido con este tema".
"Yo, como pastor, trato de apaciguar para que reine la comunión, pues todos somos Iglesia, y mi único deseo, como tantas veces he dicho, es tender puentes también con nuestros vecinos y hermanos. Pero cada vez resulta más difícil", admite el obispo, quien advierte que "es tan grande y creciente el “escándalo”, en palabras de muchos católicos, que la situación se torna insostenible".
"La Justicia ha hablado, una vez más. Solo espero que la otra parte recapacite, con respeto, y cierre este doloroso capítulo, para no seguir ahondando en la humillación y ultraje de quienes solo están reclamando lo que es suyo. Es cuestión de dignidad y justicia", concluye Pérez Pueyo.
Etiquetas