La Fiscalía archivó las diligencias por prescripción de los delitos Roma aparta del sacerdocio a un cura de Girona acusado de abusos, y le obliga a pedir perdón a sus víctimas
Tomàs Pons, de 91 años, y que durante 33 años fue párroco de Vilobí d’Onyar y 29 del colegio Bell-lloc de Girona, de alumnado masculino, pudo abusar de decenas de víctimas
La diócesis "ha informado a las víctimas de las medidas acordadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe", al tiempo que "renueva, una vez más, su condena a cualquier tipo de abuso, en línea con el pensamiento y la praxis del papa Francisco"
| RD/Efe
El sacerdote de Vilobí d’Onyar (Girona) Tomàs Pons acusado de presuntos abusos sexuales no podrá ejercer su ministerio, ni mantener relación alguna con menores y tampoco visitar las poblaciones donde ha ejercido, además, deberá residir donde determine el obispo, según las medidas anunciadas este lunes.
Estas son algunas de las medidas que ha dado a conocer el Obispado de Girona con relación a este sacerdote, que ha sido acusado por vecinos y exalumnos de la escuela Bell-lloc de supuestos abusos.
El Obispado ha recordado que había trasladado este caso a la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede, a la vez que presentó copia a la Fiscalía de Girona, que “respondió archivando las diligencias por prescripción”.
Prohibición total del ejercicio público
El pasado 7 de agosto, la Congregación resolvió imponer al sacerdote “la prohibición total del ejercicio público del ministerio, de administrar el sacramento de la penitencia, de mantener cualquier tipo de contacto con menores, y de visitar las poblaciones donde ha ejercido su ministerio”.
Además, el capellán tendrá la obligación de residir “donde determine el obispo diocesano, de llevar una vida de penitencia y oración y de pedir perdón a las víctimas”.
El obispo de Girona ha comunicado “personalmente al capellán estas medidas y ha dispuesto que se haga un seguimiento de su ejecución y cumplimiento”, además de informar a las víctimas.
El Obispado de Girona ha renovado su “condena de cualquier tipo de abuso, en línea con el pensamiento y la praxis del papa Francisco”, se afirma en el comunicado.
Abusos durante décadas
El pasado 4 de febrero, la comisión diocesana del Obispado de Girona empezó a trabajar en la investigación sobre los presuntos abusos sexuales que habría cometido durante tres décadas Tomàs Pons, quien fue 33 años párroco de Vilobí d’Onyar y 29 del colegio Bell-lloc de Girona, de alumnado masculino.
Los miembros de esta comisión recogieron el testimonio de algunas de las víctimas y del párroco denunciado, de 91 años, así como de personas relacionadas con los hechos, como exalcaldes, en total una quincena.
Por su parte, la diócesis comunicó que "se ha informado a las víctimas de las medidas acordadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe", al tiempo que "renueva, una vez más, su condena a cualquier tipo de abuso, en línea con el pensamiento y la praxis del papa Francisco".
Comunicado del Obispado de Girona
En relación con el caso sobre el sacerdote Tomàs Pons i Caulús, el Obispado de Girona quiere informar de lo siguiente:
El 29 de marzo de 2019 el Obispado de Girona envió a la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede las actas de la investigación previa relativa al sacerdote Tomàs Pons i Caulús. Al mismo tiempo, presentó copia a la Fiscalía de Girona, que respondió archivando las diligencias por prescripción.
Durante este tiempo, el Obispado de Girona se ha interesado, personalmente y por escrito, ante la Congregación para la Doctrina de la Fe, sobre el estado de esta investigación. A la vez, ha mantenido contacto con los denunciantes.
El 7 de agosto de 2019 la Congregación para la Doctrina de la Fe, después de estudiar detenidamente las actuaciones efectuadas, ha resuelto imponer al sacerdote Tomàs Pons las siguientes medidas canónicas: la prohibición total del ejercicio público del ministerio, de administrar el sacramento de la penitencia, de mantener cualquier tipo de contacto con menores y de visitar las poblaciones donde ha ejercido su ministerio; y la obligación de residencia donde determine el obispo diocesano, de llevar una vida de penitencia y oración, y de pedir perdón a las víctimas.
El obispo de Girona ha comunicado personalmente al sacerdote estas medidas, y ha dispuesto que se haga un seguimiento de la ejecución de éstas y de su cumplimiento. Asimismo, se ha informado a las víctimas de las medidas acordadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe.
El Obispado de Girona renueva, una vez más, su condena a cualquier tipo de abuso, en línea con el pensamiento y la praxis del papa Francisco.
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