"Los empresarios están fascinados por el Papa"

Martin Schlag, profesor del Opus Dei, destaca la transversalidad del pensamiento económico del Papa

"Francisco dice que tenemos el mundo en nuestras manos, así que pongamos mano a la obra del servicio a los marginados"




El pensamiento económico del Papa Francisco es capaz de atraer incluso a aquellos fieles que son "conservadores en cuestiones doctrinales, pero que quieren a la vez estar a la altura de la exigencia evangélica que sirvamos a los pobres entre nosotros". Esa es la tesis del profesor Martin Schlag, miembro del Opus Dei y catedrático de pensamiento social católico en la Univerdad de Santo Tomás en Minnesota, quien también sostiene que el actual pontífice ha dado en la clave de cómo evangelizar a los fieles acomodados, con lo que los empresarios "están fascinados por él".

Aunque el Papa dice, una y otra vez, que nunca afirma nada que no se aparte de la doctrinal social de la Iglesia, su contribución en estos cuatro años de pontificado ha sido la de "darle un nuevo giro a los conceptos tradicionales", afirma Schlag en una entrevista con Crux. Un giro que consiste, principalmente, en una distinción deliberada que hace Bergoglio entre la justicia social -término que el Papa ha usado solo un par de veces- y la opción preferente por los pobres.

"La justicia social apela a la autoridad pública a que intente reducir la desigualdad y las injusticias, mientras que la opción preferente en el pensamiento de la teología del pueblo es que todos los miembros de la sociedad tienen que trabajar para ayudar a los pobres", explica Schlag. Razón por la cual el Papa "está a favor del emprendedor bueno, el individuo bueno que crea trabajo", posicionamiento que Schlag califica como la "contribución singular" de Francisco entre todos sus predecesores en la cátedra de Pedro.

La "economía social" o "economía social de mercado", por otro lado, es una frase que Francisco ha utilizado más veces, y con la que quiere animar a construir una "combinación de lo público y lo privado, lo social y lo comercial" que sea beneficiosa para la sociedad, según Schlag. Pero eso siempre limitándose a la "denuncia profética de la injusticia", y dejando "el lado constructivo" -la elaboración de políticas concretas- a los que les corresponda. Una renuncia esta última que le ha merecido al Papa y su pensamiento económico la etiqueta de poco realista, cuando de hecho responde más bien a su profundo respeto por el papel de la política.



Son tan familiares como sensatas las denuncias proféticas que el Papa Francisco ha hecho con respecto a la economía mundial que estaría de más repetirlas en detalle. Un ejemplo al que recurre Schlag, no obstante, es la máxima del pontífice que "el dinero debe servir, no mandar", lo que demuestra que el Papa "no está en contra de las finanzas como tales, sino las finanzas que menosprecian las necesidades de la economía real".

Pero, ¿por qué, entonces, la especificidad del Papa en cantidad de temas -la pobreza, la inmigración, y tantas otras formas de marginalización social- si lo que le interesa realmente es solo la teoría económica católica? Schlag no tiene duda alguna respecto a la estrategia del pontífice, la cual, dice él, pasa por su reconocimiento que "no podemos anunciar el Evangelio de forma creíble sin señalar los fenómenos que contradicen a la justicia y a la caridad".

"La gente no tiene la impresión que el Papa sea diplomático", observa Schlag, "y eso es lo que le gusta de él". En otras palabras, es precisamente porque su mensaje sea perturbador lo que lo hace mucho más interesante.

"Si quieres llegar pastoralmente a los ricos, haz que trabajen por los pobres", sintetiza el profesor el mensaje del Papa a los empresarios, añadiendo que, desde su punto de vista, Francisco realmente está recorriendo con ellos el camino correcto.

"Los empresarios están fascinados por él, en el sentido bueno", continúa Schlag, "... pero a veces están desconcertados también. ¿Qué quiere decir [el Papa] por esto o por aquello?" El profesor recuerda el hecho de que "todo lo que él dice resuena con los jóvenes que enseño en mi Máster de Administración Empresarial... que sí, tenemos el mundo en nuestras manos, así que pongamos mano a la obra del servicio de los desfavorecidos y los marginados".

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