Investigadores de Comillas desmienten esta relación tras un estudio ¿Hay relación entre inmigración e infecciones por COVID?
Según el estudio, que ha sido elaborado por la Cátedra de Catástrofes de la Universidad Pontificia Comillas, las personas inmigrantes no tienen una influencia significativa sobre la propagación internacional de enfermedades
La pobreza, en cambio, sí supone un campo fértil para la proliferación de enfermedades infecciosas
Víctor Segura, uno de los investigadores, afirma: "para reducir el contagio y frenar una pandemia es preciso salvaguardar la salud de todas las personas sin dejar a nadie atrás"
Víctor Segura, uno de los investigadores, afirma: "para reducir el contagio y frenar una pandemia es preciso salvaguardar la salud de todas las personas sin dejar a nadie atrás"
| Universidad Pontificia Comillas
(Universidad Pontificia Comillas).- La pandemia provocada por la COVID-19 ha provocado un terremoto mundial a todos los niveles, también en cuestiones migratorias. Por eso, y para conocer de manera más profunda las consecuencias del virus, se ha dado a conocer el informe “Migraciones y pandemias. Las amenazas infecciosas en un mundo globalizado. Las amenazas infecciosas en un mundo globalizado”, que ha sido elaborado por la Cátedra de Catástrofes de la Universidad Pontificia Comillas –apoyada por la Fundación AONy el Instituto de Estudios sobre Migraciones(IUEM), también de Comillas.
El informe se presentó en el Simposium COVID 19, donde se analizó la actuación de los “firstresponders” y el impacto de la pandemia desde diferentes visiones: ético-sanitaria, de la resiliencia psicológica, social-migratoria, industrial, económica, aseguradora y jurídico-regulatoria.
Allí se reveló que “las personas inmigrantes no tienen una influencia significativa sobre la propagación internacional de enfermedades con riesgo pandémico. Los inmigrantes y refugiados no suponen un riesgo para la salud pública ni ponen en riesgo los sistemas sanitarios”, según Raquel Caro, una de las investigadoras de este trabajo, quien recuerda que “quienes optan por dejar sus países de origen en busca de una vida mejor gozan de buena salud, si bien se enfrentan a un mayor riesgo de enfermar durante el trayecto, y a su llegada, debido a las malas condiciones y a la pobreza”.
En este sentido, Antonio Rúa, otro de los investigadores del IUEM, reconoce que la pobreza supone un campo fértil para la proliferación de enfermedades infecciosas. “El vertiginoso desequilibrio en la economía mundial se relaciona con la importante desigualdad en el estado de salud de la población. Los flujos migratorios están fuertemente influidos por las condiciones económicas dadas en el territorio, luego las enfermedades infecciosas repercuten de un modo indirecto sobre el fenómeno de la inmigración”.
Los investigadores de Comillas admiten que el proceso pandémico ha desencadenado una respuesta xenófoba simultanea alrededor de todo el mundo generada por el miedo a la enfermedad que ha repercutido negativamente sobre las personas inmigrantes y el bienestar público general. Además, son ellos quienes copan los trabajos más vulnerables a la enfermedad “y eso repercute sobre una peor disposición de recursos económicos y materiales como el tamaño de la vivienda, su dotación y el acceso a recursos de higiénico sanitarios”, reconocen.
Así, tal y como afirma Víctor Segura, el tercero de los investigadores que ha participado en este trabajo, “para reducir el contagio y frenar una pandemia es preciso salvaguardar la salud de todas las personas sin dejar a nadie atrás. Trabajar por la integración y fomentar la cohesión social, contribuirá a rebajar la tensión y el miedo durante los episodios pandémicos, además de fomentar la consolidación de sociedades más fuertes, unidas y comprometidas con los intereses generales de la comunidad”.
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