Marx y la Biblia
Ley y civilización
La Ley
La muy verdadera tesis defendida por von Rad de que la tradición exódica libertaria ignora a la sinaítica, encuentra verificación más notoria en el texto de las leyes que en los credos históricos aducidos como prueba por él. Véase ésta:
No torcerás el derecho del forastero ni del huérfano,
ni tomarás en prenda el vestido de la viuda. Acuérdate
que fuiste esclavo en el país de Egipto y que Yahvé
tu Dios te rescató de ahí. Por esto te mando hacer
esto (Dt 24, 17-18).
Esa es radicación intrínseca, directa, original, de la ley en la tradición exódica-libertaria; y no el mero enganchamiento fortuito que siglos después puso las leyes en contacto externo de mera yuxtaposición compilatoria con la tradición sinaítica. Para la ley que acabo de transcribir, el Sinaí sencillamente no existe. Véase esta otra:
No afligirás y no oprimirás al forastero, porque
forasteros fuisteis vosotros en tierra de Egipto (Ex
22, 20).
Con esa motivación se ha dicho todo: está recordada la
injusticia que ellos padecían, está revivida el hambre de justicia que entonces tenían, y esa hambre de justicia está ahora aplicada a los casos en que son los israelitas los que pueden cometer injusticia.
Leer ahí alianza o ideas congéneres, sería operación de autocontentamiento teológico mediante el cual sacamos del texto exactamente lo que metimos, como podíamos haberlo hecho con cualquier otro texto aunque dijera lo contrario de éste. Por el contrario, la continuación del texto citado identifica la exigencia dicha de justicia con la caracterización esencial de Yahvé:
No afligirás ni viuda ni huérfano; si los afliges y
claman a mí, de fijo escucharé su clamor y mi cólera
se encenderá y os mataré a espada y vuestras mujeres
serán viudas y vuestros hijos huérfanos (Ex 22,21-23)
Estos versículos lo único que hacen es poner ante la conciencia al mismo Yahvé que con las plagas de Egipto liberó de la opresión a los esclavos; el Yahvé que se reveló autodefinitoriamente en Ex 3, 7-9: ahí está el "afligir", el "clamor", y el "escuchar". Se añaden dos leyes sobre el préstamo, se motivan con la materia misma del hombre despojado, y se concluye: "clamará a mí y yo lo escucharé, porque yo soy compasivo" (Ex 22, 25.
Como bien notó von Rad, así como la tardía tradición sinaítica tiene su propia teofanía conocidísima, así tambien la tradición exódico-libertaria tiene la suya inconfundible: Ex 3 para el yahvista. Ex 6 para el escrito sacerdotal. La más auténtica y primordial teologización de las leyes se hizo vinculándolas con la esencia característica del Dios llamado Yahvé tal como se reveló a sí mismo cuando irrumpió en la historia humana para salvar de la injusticia a los oprimidos.
De ejemplo paradigmático sírvanos el conjunto de leyes Ex 22, 20-26 que estábamos analizando. "Aflicción" en 3, 7(teofanía) y en 22, 20 (ley); "opresión" 3, 9(teofanía y en 22, 20(ley; "clamor" en 3, 7.9 y en 22, 22; "escuchar" en 3, 7 y en 22, 22.26; "mi pueblo" en 3, 7 y en 22. 24; "Egipto en 3, 7.8. 9; y en 22, 20. Y todavía la ley, para esencializar más resume todo al final: "porque yo soy compasivo; se trata de la compasión con mano alzada y brazo tenso.
Noth observa que lo prescrito en 22, 24-26 sobre el préstamo es inconciliable con el sistema económico ciudadano de las culturas orientales preisraelitas; sea lícito deducir que el contenido es propio de Israel, y que todas las especulaciones sobre forma condicional o apodíptica quedan sobrantes cuando el contenido es original de Israel.
La tesis defendida por von Rad de que la tradición exódico-libertaria ignora por completo a la sinaítica se demuestra mucho más palpablemente con textos legales que con credos históricos, y es extraño que von Rad no los aduzca, dado que él mismo constata la presencia de legislación (Ex 18, 16. 20...
Esta completa disparidad entre ambas tradiciones es la que von Rad y Noth se han empeñado en demostrar, y resulta ser una gran ironía de la historia de la exégesis el hecho de que von Rad y Noth hayan querido interpretar las leyes en función de la alianza y del Sinaí.
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Ver: José P. Miranda, Marx y la Biblia. Crítica a la filosofía de la opresion
Ed. Sígueme 1975