La cigüeña sobre el campanario
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La blanca cigüeña,
como un garabato,
tranquila y deforme, ¡tan disparatada!
sobre el campanario.
Antonio Machado
Recuerdos a Marx de parte de Jesús
La parte conservadora (antiliberadora) del cristianismo convencional históricamente existente (de la "religión" cristiano-conservadora) se articula muy consistentemente con el anti-socialismo, que a su vez toma la forma de anti-marxismo.
Este necesita para mantenerse en su potencia ideológica conservar intacta una concepción simplista y monolítica del marxismo. Hay una resistencia visceral (ideológica) a admitir que un marxismo pueda ser crítico, no monolítico; que pueda entenderse en un sentido científico no más ateo que lo es la ciencia positiva moderna (incluída la economía política de los clásicos).
Una de las maneras más sólidas de librarse de toda esta carga ideológica conservadora, incompatible con el acceso al Jesús real (a su causa), es la de asumir una praxis política de signo marxista. No quiere decir que éste sea el único camino para liberarse de la traicionera ideología "cristiano-conservadora.
Tampoco sería admisible la pretensión de adoptar un análisis marxista por razones teológicas o con finalidades religiosas. Esto carecería de sentido, tanto desde un punto de vista cristiano, como desde un punto de vista marxista.
Una praxis de signo socialista-marxista sólo puede ser adoptada por razones históricas, sociales y políticas, en las que puede ciertamente integrarse una fuerte carga ética.
Pero, sin duda alguna, si uno entra en la dinámica de una opción socialista o comunista de este tipo, por esa vía puede llegar a una superación radical del complejo católico-conservador. Y esa liberación le abre posibilidades de progreso en la vía de una actitud cristiana que no esté en contradicción con lo que realmente corresponde al mismo Jesús.
Hay que tener en cuenta que el anti-marxismo y más en general el anti-socialismo tradicional de los católicos puede actuar como elemento "ideológico" reaccionario a través de disfraces sutiles, aparentemente anti-conservadores. En la mentalidad católica pueden coexistir actitudes inconformistas en la esfera consciente con fuertes cargas reaccionarias que actúan en el incosciente. Un inconsciente colectivo reaccionario es muy potente dentro del mundo católico.
De aquí que la opción política (libre y humanamente responsable), por parte de católicos, de cristianos en general, de una praxis socialista y marxista, sea, donde se dé un elemento positivo e importante para ir modificando ese inconsciente colectivo reaccionario, que es un obstáculo para que los creyentes, personal y comunitariamente, puedan referirse real y verdaderamente a Jesús.
Una praxis política de signo socialista-marxista es un camino eficaz para liberarse de la ideología "cristiano-conservadora". Por esta razón puede suponer un enriquecimiento cualitativo del cristiano, en tanto que cristiano. También la comunidad eclesial, como tal, quedará sin duda enriquecida por la libre multiplicación en su seno de cristianos que se abren al marxismo y al comunismo o socialismo.
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Ver: JM. Diéz-Alegría, Rebajas teológicas de otoño Desclée de Brouwer 1980
La blanca cigüeña,
como un garabato,
tranquila y deforme, ¡tan disparatada!
sobre el campanario.
Antonio Machado
Recuerdos a Marx de parte de Jesús
La parte conservadora (antiliberadora) del cristianismo convencional históricamente existente (de la "religión" cristiano-conservadora) se articula muy consistentemente con el anti-socialismo, que a su vez toma la forma de anti-marxismo.
Este necesita para mantenerse en su potencia ideológica conservar intacta una concepción simplista y monolítica del marxismo. Hay una resistencia visceral (ideológica) a admitir que un marxismo pueda ser crítico, no monolítico; que pueda entenderse en un sentido científico no más ateo que lo es la ciencia positiva moderna (incluída la economía política de los clásicos).
Una de las maneras más sólidas de librarse de toda esta carga ideológica conservadora, incompatible con el acceso al Jesús real (a su causa), es la de asumir una praxis política de signo marxista. No quiere decir que éste sea el único camino para liberarse de la traicionera ideología "cristiano-conservadora.
Tampoco sería admisible la pretensión de adoptar un análisis marxista por razones teológicas o con finalidades religiosas. Esto carecería de sentido, tanto desde un punto de vista cristiano, como desde un punto de vista marxista.
Una praxis de signo socialista-marxista sólo puede ser adoptada por razones históricas, sociales y políticas, en las que puede ciertamente integrarse una fuerte carga ética.
Pero, sin duda alguna, si uno entra en la dinámica de una opción socialista o comunista de este tipo, por esa vía puede llegar a una superación radical del complejo católico-conservador. Y esa liberación le abre posibilidades de progreso en la vía de una actitud cristiana que no esté en contradicción con lo que realmente corresponde al mismo Jesús.
Hay que tener en cuenta que el anti-marxismo y más en general el anti-socialismo tradicional de los católicos puede actuar como elemento "ideológico" reaccionario a través de disfraces sutiles, aparentemente anti-conservadores. En la mentalidad católica pueden coexistir actitudes inconformistas en la esfera consciente con fuertes cargas reaccionarias que actúan en el incosciente. Un inconsciente colectivo reaccionario es muy potente dentro del mundo católico.
De aquí que la opción política (libre y humanamente responsable), por parte de católicos, de cristianos en general, de una praxis socialista y marxista, sea, donde se dé un elemento positivo e importante para ir modificando ese inconsciente colectivo reaccionario, que es un obstáculo para que los creyentes, personal y comunitariamente, puedan referirse real y verdaderamente a Jesús.
Una praxis política de signo socialista-marxista es un camino eficaz para liberarse de la ideología "cristiano-conservadora". Por esta razón puede suponer un enriquecimiento cualitativo del cristiano, en tanto que cristiano. También la comunidad eclesial, como tal, quedará sin duda enriquecida por la libre multiplicación en su seno de cristianos que se abren al marxismo y al comunismo o socialismo.
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Ver: JM. Diéz-Alegría, Rebajas teológicas de otoño Desclée de Brouwer 1980