Enséñanos a caminar por tus sendas,
por tus sendas, Señor.
A ti, Señor, levanto mi alma:
en ti confío, que no quede defraudado;
haz que no triunfen sobre mí mis enemigos.
Tú no defraudas a los que en ti esperan.
Enséñanos a caminar por tus sendas,
por tus sendas, Señor.
Muéstrame, Señor, tus caminos
y enséñame a lo largo de tus sendas.
Haz que camine fiel a tu verdad.
Yo siempre espero en ti, mi Salvador.
Enséñanos a caminar por tus sendas,
por tus sendas, Señor.
Acuérdate, Señor, de tu ternura
y de tu amor, que existen desde siempre.
Olvídate de mis extravíos.
Según tu amor, acuérdate de mí.
Enséñanos a caminar por tus sendas,
por tus sendas, Señor.
El Señor es bueno y es recto
y muestra el camino a los pecadores.
En la justicia conduce a los humildes
y a los pobres enseña su sendero.
Enséñanos a caminar por tus sendas,
por tus sendas, Señor.